Solo en el rubro de la construcción, el bloqueo de vías en Cochabamba afecta a más de 35.000 fuentes de empleo; es decir, este mismo número de familias podría quedar sin sustento o ver mermados sus ingresos debido a que muchas obras están paralizadas.

La construcción es una actividad primordial en la economía de la región y del país, debido a que permite que otros rubros como el transporte, el comercio y la venta de alimentos se dinamicen, por lo que el perjuicio por los bloqueos repercute en varios sectores.

El Gobierno confirmó que en dos semanas de bloqueos, con epicentro en Cochabamba, el país perdió 1.000 millones de dólares.

Los agricultores, por ejemplo, no pueden trasladar los alimentos a los mercados, y los que llevan se pudren en el camino, por lo que se ven obligados a desechar los mismos y sumar pérdidas económicas.

La escasez de alimentos en las ciudades encarece el precio de los mismos y las familias gastan más en la compra de frutas y verduras, o también optan por reducir sus comidas diarias.

Las personas que tienen la urgencia de viajar a Oruro, por ejemplo, tuvieron que pagar en los últimos días hasta 250 bolivianos el pasaje, cuando usualmente un boleto a esa ciudad, en bus cama, es de 60 bolivianos.

Los lecheros, avicultores y porcinocultores son también perjudicados por los bloqueos, porque no pueden recibir los alimentos que llegan principalmente desde Santa Cruz, lo que, al final, repercute en la elevación del precio de la carne o la leche para los consumidores.

En fin, son varios sectores productivos que se ven perjudicados cuando se implementan bloqueos en las carreteras, porque los que apuestan por el desarrollo de la región no tienen cómo enviar su producción a los mercados y tienen que desecharla o venderla a precios exiguos.

Asimismo, el turismo sufre perjuicios a corto, mediano y largo plazo. Las personas que visitan Cochabamba y otras regiones del país pensarán dos veces antes de regresar por las dificultades que atraviesan cuando tropiezan con uno de estos conflictos sociales.

Y en esta época de Carnaval los perjuicios se multiplican, como ocurrió, por ejemplo, en el convite realizado en la ciudad de Oruro, donde el número de participantes de las diferentes fraternidades disminuyó, porque no llegaron muchos de Santa Cruz y Cochabamba.

Las personas que implementan bloqueos como medida de presión deben tener en cuenta que el daño no lo hacen a las autoridades a las que reclaman, sino a los más de 12 millones de bolivianos.

Las autoridades deberían regular el tema de los bloqueos y sancionar a quienes optan por esta medida de presión como un chantaje para conseguir demandas que solo benefician a grupos de privilegiados, pero que dejan en la incertidumbre a millones de personas.