Después de una serie de contratiempos durante la gestión 2023, la preselección de candidatos para los comicios judiciales está en marcha. El pasado martes 20 de febrero se dio luz verde a esta primera fase que debe concluir con el voto de la población para designar a los magistrados del Órgano Judicial y del Tribunal Constitucional Plurinacional.

La Asamblea Legislativa dio a conocer que hay 15 requisitos que tienen que cumplir los postulantes, que deben obtener una nota igual o mayor a 130 sobre 200; y, sobre todo, recalcaron que no tomarán en cuenta la militancia política.

Este último punto es importante que se cumpla tal como pregonan los asambleístas que estarán a cargo de la preselección de candidatos, primero, y luego el pleno de la Asamblea Legislativa Plurinacional, porque se busca que los magistrados sean probos, independientes, sin militancia política partidaria y, sobre todo, con los méritos suficientes para asumir la gran responsabilidad de edificar una mejor justicia.

Se debe tomar en cuenta que, además de ocupar los cargos en las diferentes entidades judiciales, los magistrados tendrán que llevar adelante la reestructuración del sistema judicial, una tarea que ha sido postergada desde hace varios años.

El funcionario que imparte justicia, desde los diferentes niveles, debe ser imparcial en su trabajo y no responder a presiones políticas, juzgando a todas las personas sin distinción de raza, religión, profesión o posición económica.

Asimismo, es importante la renovación, es decir, que profesionales nuevos, que ya tienen experiencia en el campo del derecho, se presenten a este proceso, porque eso permitirá una renovación en el sistema de justicia. Y quienes postulan “eternamente” abstenerse, dejar que gente nueva remoce el Órgano Judicial, una de las instituciones más importantes del país.

Pero, para que haya la tan mentada renovación, los encargados de preseleccionar a los candidatos deberán dar señales correctas, calificando con imparcialidad a los que se vayan a presentar, sin exigir avales políticos.

Si se selecciona a los mejores candidatos para ocupar los diferentes cargos del Órgano judicial y del Tribunal Constitucional Plurinacional, la población podrá elegir con su voto entre los mejores, a los que crea que son los más adecuados para dirigir el sistema judicial.

Y quienes se postulan a los diferentes cargos y, eventualmente sean elegidos, deben tener la firme convicción de que tendrán que trabajar para mejorar la justicia, no para responder a un determinado partido político.

Bajo estas premisas se debe llevar adelante las elecciones judiciales, de modo que el ciudadano pueda volver a confiar en la justicia y en los operadores que están a cargo de esta institución fundamental del país.