El turismo es y ha sido uno de los principales motores económicos para cualquier país. La esencia del turismo resulta ser el viaje y las experiencias que se tiene a lo largo de los mismos, principalmente, en los lugares receptores de turismo, donde se debe tomar conciencia que los visitantes quieren descansar, divertirse, conocer e integrarse con las culturas y otras actividades y necesidades que se desarrollan en un ambiente favorable y seguro.

Los beneficios que trae consigo el turismo planificado son infinitas, de acuerdo al potencial que tienen las regiones (tipos de turismo). En general, sin embargo, enriquece la visión del mundo; genera divisas, crea fuentes de trabajo directos e indirectos, fomenta la inclusión de diferentes culturas, promueve el respeto por la diversidad cultural, protege y preserva el medio ambiente, entre otros.

Solo de imaginarnos que en Francia, que es el país que más turistas recibe en el mundo (84 millones por año), se haga un bloqueo de caminos, las consecuencias serían catastróficas para su economía. Bolivia, que tiene un potencial turístico envidiable y único, se da el lujo a través de los constantes bloqueos de caminos, o la ola de protestas sociales, de paralizar todo el sistema productivo del turismo, donde hoteles, agencias de viajes y operadoras de turismo, medios de transporte, el sector gastronómico y demás servicios complementarios, reciben una vez más, después del duro golpe de la pandemia, otro a causa de la falta de turistas nacionales y extranjeros.

Lamentablemente, el turismo es vulnerable a los problemas sociales como lo bloqueos de caminos que sufre el país, principalmente Cochabamba, cuando todo su aparato productivo ha sido herido de muerte, entre ellos el turismo, con los 19 bloqueos de caminos de los 30 que se instalaron en todo el país, dejando de percibir más de 100 millones de dólares en estos 16 días.

En el sector, los turistas programan con mucha anticipación su visita a Bolivia, pero al enterarse de los bloqueos, cancelan sus visitas y reservas, con afectaciones para quienes trabajan en hoteles, agencias de viajes, alimentación, etc. Al margen de factores de precio, calidad del servicio, atractivos turísticos y otros, el factor seguridad es fundamental para hacer turismo. Tomar conciencia en toda la población sobre este tópico es vital. Porque un paro, un bloqueo de caminos u otro problema social, resulta ser un cáncer para el turismo, corroyendo de a poco todo el esfuerzo que hacen los actores públicos y privados, para posicionar al turismo boliviano en el cada vez más competitivo mercado turístico en todo el mundo.

FORO

FRANZ GUSTAVO MORALES MÉNDEZ

Docente investigador UMSS

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