Con rabia e impotencia, todos los bolivianos vemos cómo cada año crece este tema de los incendios provocados por los mismos oriundos de las diversas regiones del país, claro, financiados y pensados a partir de mentes brillantes que quieren ampliar la frontera agrícola, dizque, para solucionar el hambre, el tema de la seguridad alimentaria y otros inventos muy bien argumentados en la teoría que, en la práctica, nos muestra un futuro apocalíptico para todos los nacionales.

¡Carajo! No hay otro término cabal que describa nuestro sentimiento, que llega hasta las lágrimas en algunos casos, al ver nuestro cielo cubierto por la contaminación a causa de los incendios; igual seguro al momento de legar su propia vida, nuestro héroe del Topater, cuando defendía también con impotencia y rabia contenida cómo nuestro territorio y costa boliviana se enajenaba a favor de otro país. Por supuesto, que nos están matando, junto a todos los seres vivos que residen en los bosques y las áreas protegidas de Bolivia, la diferencia es que es una muerte larga, dolorosa y muy costosa.

Sean empresarios, los del gobierno, o gente común del pueblo, no tienen derecho de hacer esto con la madre naturaleza, siendo que esta, como toda buena madre, se encarga de dotarnos cobijo, alimento, afecto y sustento para que no solo el ser humano, sino todos los seres vivos existan y coexistan en su suelo.

La biodiversidad, como los árboles, igual que los mortales tardan y se esfuerzan mucho en llegar a la madures de su existencia; es inconcebible acabar con su vida solo por intereses mezquinos; los beneficios que nos brinda son infinitos: producen oxígeno, purifican el aire, forman suelos fértiles, evitan erosión, mantienen ríos limpios, captan agua para los acuíferos, sirven como refugios para la fauna, reducen la temperatura del suelo, propician el establecimiento de otras especies, regeneran los nutrientes del suelo, mejoran y embellecen el paisaje… En vez de retribuir o pagar por tantos favores, algunos se convierten, por ignorancia o ambición, en sus verdugos.

Imperan hoy nuevas reflexiones acerca de la valoración a la madre naturaleza. El célebre astrofísico Hubert Reeves, asesor científico de la NASA, defensor del medio ambiente, sostenía: “El hombre es la especie más insensata; venera a un Dios invisible y masacra a una naturaleza visible, sin saber que esta naturaleza que él masacra es ese Dios invisible que él venera”.

Queda demostrado que a falta de principios morales y éticos, el hombre es el ser viviente capaz de auto destruirse, es la gran amenaza para el medio ambiente; la presencia del fuego en Bolivia es muestra de esta realidad. No tiene nombre y no se justifica que los bolsillos estén llenos ampliando la frontera agrícola, para sembrar productos transgénicos que mata la tierra fértil, luego volver el ciclo de quemar y conseguir nuevas tierras para nuevamente envenenarlas y donde ningún ser vivo puede ya vivir. ¿Tiene lógica?

FORO

Franz Gustavo Morales Méndez

Docente investigador UMSS

[email protected]

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Matar la naturaleza para llenar los bolsillos

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26.11.2023

Con rabia e impotencia, todos los bolivianos vemos cómo cada año crece este tema de los incendios provocados por los mismos oriundos de las diversas regiones del país, claro, financiados y pensados a partir de mentes brillantes que quieren ampliar la frontera agrícola, dizque, para solucionar el hambre, el tema de la seguridad alimentaria y otros inventos muy bien argumentados en la teoría que, en la práctica, nos muestra un futuro apocalíptico para todos los nacionales.

¡Carajo! No hay otro término cabal que describa nuestro sentimiento, que llega hasta las lágrimas en algunos casos, al ver nuestro cielo cubierto por la contaminación a causa de los incendios; igual seguro al momento de legar su propia vida, nuestro héroe del Topater, cuando defendía........

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