El 18 de diciembre se cumplió un año de la conquista de la Selección de Argentina con su capitán y líder Lionel Messi, como Campeones del Mundo en el fútbol. Este hecho, por demás histórico, movilizó miles de emociones, sentimientos, pasiones, llanto en todas partes del mundo, cuando Messi, pese a quien pese, logró el objetivo final, el máximo título.

Cuántas veces vimos la frustración, el dolor, de este jugador por haber perdido varias finales y nunca se rindió, pese a las críticas despiadadas de algunos sectores, sobre todo de periodistas deportivos de su propio país, de sus paisanos, donde le dieron con todo, incluso muchos pidieron su cabeza, solicitaron que se retirara, que era un “pecho frío” y otros adjetivos que pueden lastimar a cualquier ser humano; sin respetar a su familia, a sus pequeños hijos hacían comentarios llenos de odio y maldad. Pero este maravilloso jugador y además persona, no se achicopaló, siguió adelante. Y en las postrimerías de un posible retiro en los próximos años, siguió adelante y hace un año logró llegar a la meta final: alzar la tan apreciada Copa Mundial.

¡Cómo paso el tiempo! Alguien decía “que el tiempo es como el agua, que se va rápidamente de las manos”. Todavía recordamos el partido final con mucha expectativa, ansiedad, euforia, cuando Argentina ganó a un gran equipo como el francés. Es cierto que cada persona, cada familia, coincide en gustos de tener un equipo favorito para cada Mundial, y miles queríamos que Argentina salga campeón, sobre todo por Messi que era prácticamente su última oportunidad y no la desaprovechó.

Muchas fueron las reacciones de la población mundial, fanáticos, políticos, hombres, mujeres, niños y, como siempre, no podía faltar los periodistas deportivos, que en la vecina república les llaman “panqueques”, denominativo que se les da a quienes que cambian de opinión y posición según lo vean conveniente o también llamadas “caretas” o personas falsas, Este sector que durante años ha estado en contra de Messi, que no dejaban pasar una oportunidad para destrozarlo, ningunearlo. Si aquí en Bolivia tendríamos a un jugador del estilo de juego de este gran jugador, sería un orgullo, un icono, que lo respetaríamos y lo valoraríamos.

Hay que reconocerlo que en todo el mundo hay de todo, personas de toda característica, como los envidiosos que siempre buscan algunos defectos en los otros o sino los inventan; también los resentidos, los celosos, “los ardidos” por el crecimiento de otros y su única reacción es la de minimizar, desprestigiar esos logros. Estas reacciones son casi normales debido a muchas frustraciones que no pudieron ser resueltas en tempranas edades. Y todas estas reacciones se dieron, como se seguirán dando hasta el día en que Messi deje el fútbol.

Todo ya es parte del pasado, parte del recuerdo, lo único que nos queda, es disfrutar de ver jugar a estos grandes jugadores como Messi, Ronaldo y otros, ya que se avecina el final y ver con mucha esperanza la irrupción de otros jóvenes futbolistas buenísimos, que seguramente se esforzarán para alcanzar un sueño, que hará felices a millones de personas, como nosotros.

GÁRGARAS DE SAL

Freddy Ricardo Zambrana

Psicólogo

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