En este mundo moderno, indolente y práctico solemos sentenciarnos entre las personas diciéndonos “cuánto tienes, cuánto vales”, como una forma de jerarquizar nuestro relacionamiento social y nuestras posibilidades de progreso en la vida. Dejando de lado los sentimientos parentales o de pertenencia a un origen común. Esta aspiración de cuantificarse al máximo, especialmente en dinero, tiene consecuencias depredadoras en términos personales, colectivos y sobre todo ambientales. A nivel personal, nos incita a ser inescrupulosos; a nivel colectivo, fomenta la competencia hacia el reconocimiento de un ganador a costa de los demás perdedores; y a nivel ambiental, sencillamente hacia la insustentabilidad, por el carácter destructivo y monetario de los logros alcanzados.

Sentipensar es un vocablo ancestralmente utilizado en las comunidades de color del Caribe, que significa “actuar con el corazón utilizando la cabeza”. Entre ellos, dan al “corazón” tanto o más importancia que a la razón. Constituyéndose en una especie de defensa efectiva de sus espacios comunitarios y, por ende, de la sustentabilidad de su entorno o medio ambiente. Sentipensar es una visión que va en contra de separación incitada por la modernidad capitalista, como el de dividir o separar la mente y el cuerpo, la emoción de la razón, lo humano de la naturaleza, lo secular de lo sagrado y la vida de la muerte.

Estas formas de existencia social revelan algo fundamental para estos tiempos; las arraigadas visiones del mundo relacional entre los componentes humanos y no humanos. De esta manera, el sentipensar contiene y expresa una resistencia cierta contra la triada capitalista y globalista de la desposesión, el exterminio y la corrupción. Estas formas de resistencia afrolatinas, sustentadas por el sentipensar, constituyen una esperanza para la sustentabilidad, porque sentipiensan la existencia hermosa de las aguas limpias, de las aves sanas, de los árboles pródigos, etc., siendo fuentes de inspiración. Porque entienden que, si “no hay inspiración, no hay vida, es por eso que la música y la alegría provienen de las canciones y los idiomas del río”. Dicho en otros términos, pasan de las políticas de la muerte a las políticas de la vida y, por ende, de la sustentabilidad, por sentipensar sus territorios y sus pueblos.

Este sentipensamiento coincide, con los paradigmas del Vivir Bien evocadas en la parte andina y amazónica de nuestra América Latina. El conocimiento ancestral es sabio.

CIUDAD SUSTENTABLE

GERMÁN C. TÓRREZ MOLINA

Economista

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QOSHE - Sentipensar para la sustentabilidad - Germán Tórrez
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Sentipensar para la sustentabilidad

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27.12.2023

En este mundo moderno, indolente y práctico solemos sentenciarnos entre las personas diciéndonos “cuánto tienes, cuánto vales”, como una forma de jerarquizar nuestro relacionamiento social y nuestras posibilidades de progreso en la vida. Dejando de lado los sentimientos parentales o de pertenencia a un origen común. Esta aspiración de cuantificarse al máximo, especialmente en dinero, tiene consecuencias depredadoras en términos personales, colectivos y sobre todo ambientales. A nivel personal, nos incita a ser inescrupulosos; a nivel colectivo, fomenta la competencia hacia el reconocimiento de un ganador a costa de los demás perdedores; y a........

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