Ya es una realidad silenciosa, la existencia de urbanizaciones construidas en la jurisdicción del municipio de Cochabamba sin la aprobación de la comuna y, por ende, una precariedad de servicios básicos e infraestructura urbana.

Los sucesos en la zona de Takoloma del Distrito 8 no hacen más que confirmar los efectos de las ocupaciones de hecho ante la oportunidad que imponen los loteadores ilegales en la adquisición de lotes. Pero también se verifica una ausencia institucional de parte de la Municipalidad, que lo único que hace es respaldarse en el marco normativo y legal de aprobación de urbanizaciones, dejando de lado la fiscalización del uso del suelo, que es una actividad fundamental pero muy conflictiva en las condiciones actuales de administración urbana.

Esto indica que puede más la acción de migrantes desesperados de contar con una vivienda en la periferia del centro urbano y de alguna forma mejorar su calidad de vida venida a menos en el área rural o en otras áreas muy deprimidas de la Llajta.

Lo concreto es que debe existir una política municipal de informar constantemente sobre la imposibilidad de asentarse en zonas frágiles por su composición geológica y su condición en cuanto a la calidad del suelo. Por otro lado, debe conformarse verdaderos ejércitos de control del uso del suelo en las zonas urbanizables que incluyan a actores vecinales, técnicos municipales y personal de otras instituciones como la Defensoría del Pueblo, la comisión de límites de la Gobernación, que sean capaces de controlar efectivamente el avance de la mancha urbana dentro los límites establecidos por ley y denuncien públicamente el avasallamiento de estos límites con las consecuencias previstas en los instrumentos de regulación y administración urbana. ¿Un interesado que llega a la ciudad a comprarse un terreno tendrá la información suficiente para establecer su vivienda en los lugares aprobados y permitidos según la planificación urbana?, o ¿los loteadores serán tan hábiles para capturar la atención de ellos y convencerlos de contar con un espacio, aunque irregular? Ese es el momento en que los posibles compradores optan por el camino más simple: la aventura de contar con un lote de terreno sin aprobación municipal, y establecer poco a poco su vivienda para luego organizadamente presionar y contar con los servicios básicos necesarios.

Por ello, lo ocurrido en Takoloma y alrededores es una realidad que se reproduce en todas las zonas geológicamente vulnerables, de suelos inestables y frágiles, con los efectos de pérdida de las construcciones, y todos los hechos que ocasionan incluso un abandono abrupto de su hábitat.

CIUDAD SUSTENTABLE

JOSÉ CASTELLÓN ONOFRE

Investigador CEPLAG-UMSS

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