Para el mundo del fútbol, en el que están inmersos millones de bolivianos que quieren que la Selección de su patria retorne a un mundial, vuelven a surgir varios dilemas: ¿Se juega donde se vive?, ¿solo se juega en la altura?, ¿en los valles?, ¿en los llanos?

Cuando, en apariencia, todo estaría oleado y sacramentado para batallar las eliminatorias en el estadio Hernando Siles. Algunas ideas y/o sugerencias de que la Verde pueda jugar en otro escenario, han generado reacciones absurdas en algunos grupos sociales. Así, algún periodista opina que la sede no debe moverse de la ciudad de La Paz, argumentando aspectos históricos, “sede natural”(?) y mencionando alguna huelga de hambre que habrían protagonizado periodistas deportivos de La Paz algunos años atrás en defensa de la altura y amenazando que pudieran volver a hacerlo. Y, me puse a divagar; ¿clasificaríamos al siguiente mundial con una huelga de hambre de periodistas deportivos?

Lo más llamativo, no obstante, fue la reacción de las vivanderas del estadio que al grito de :”La sede no se mueve”, “el Siles se respeta”, vociferaron en puertas de la FBF en La Paz. ¿Habrán atemorizado al señor Costas?, ¿qué responderá el mandamás de la FBF?. ¿Las vivanderas (respetables por cierto), representan a toda la bolivianidad?, ¿puede supeditarse el fútbol a un grupo de vivanderas? De ser así, ¿acaso las vivanderas del Jesús Bermúdez, cuidando sus puestos de venta, pudieron detener el descenso de San José el 2021? Bueno, mil disculpas lectores, ya estoy elucubrando peligrosamente, mejor vayamos a lo serio . Y lo serio está en lo siguiente:

LAS FRÍAS ESTADÍSTICAS

Tomamos como punto de partida el Mundial USA 1994. Histórica clasificación boliviana a aquel evento. Nos favoreció una huelga de jugadores, que dejó trabajar a la Selección en tranquilidad y en manos del genial vasco Askargorta. Nos favoreció el sistema de grupos (menos encuentros), estuvimos en el grupo B y se ganó de local a Brasil, Uruguay, Ecuador y Venezuela. Y nos favorecieron dos resultados afuera (victoria en Venezuela y empate en Ecuador). Y listo, la Selección de todos pudo hacer el partido inaugural frente a Alemania en el Soldier Field de Chicago.

USA 1994 marca un antes y un después. Fue nomás un hito histórico, cuyos ecos aún resuenan cada vez que juega nuestra Selección, cuando recordamos a aquella brillante camada de jugadores. A partir de allí, no volvimos a clasificar a los siguientes siete mundiales, algo que muchos, especialmente los jóvenes (y jóvenes periodistas), parecen olvidarlo o desconocerlo (Francia 1998, Corea-Japón 2002, Alemania 2006, Sudáfrica 2010, Brasil 2014, Rusia 2018, Catar 2022).

En las eliminatorias a estos siete mundiales, solo fijándonos en los partidos de local que tuvo la Selección, contamos 58 encuentros en el Hernando Siles. Se dieron 25 triunfos (43%), 20 empates (34%) y 13 derrotas (22%).

Idealizando la altura, digamos que en 58 encuentros pudieron totalizarse 174 puntos, (100%), pero solo se ganaron 95 puntos (54,5%) y se perdieron 79 puntos (45,4%).

Si la altura fuese una verdadera ventaja, el porcentaje de triunfos debería ser mucho mayor asegurando una clasificación casi permanente a los mundiales, pero vemos que no llega al 50%, sumando empates y derrotas tenemos un 56%.

Entre otros detalles habrá que decir que en la altura paceña, Ecuador nos ganó tres veces. También Chile tiene tres victorias en el mismísimo Siles y Colombia lo hizo un par de veces sin arredrarse por la altura, incluso Venezuela nos ganó por la mínima diferencia en las eliminatorias a Sudáfrica 2010.

SEDES ALTERNATIVAS

La mayoría de las selecciones sudamericanas suelen jugar en sus capitales. Siendo esto así, ¿acaso Sucre como capital no merecería algún o algunos partidos? Sucre no es altura ni llano, está en un punto medio ideal que nadie reclamaría. Claro que la FIFA no obliga a jugar en las capitales necesariamente. Y quizás por ello, Brasil juega en diferentes sedes, por ejemplo, para las eliminatorias de Alemania 2006, el gigante sudamericano jugó en nueve ciudades distintas (Manaus, Curitiba, Belo Horizonte, Sao Paulo, Maceio, Goiania, Porto Alegre, Brasilia y Belén), “democratizando” (permítanme el término) el fútbol de su selección a todo el país. Allí si, la verdeamarelha es verdaderamente “el equipo de todos”.

Para las eliminatorias de Rusia 2018, Argentina jugó en Córdoba, Mendoza, San Juan y Buenos Aires. Y Venezuela lo hizo en Ciudad Guayana, Barinas, Mérida y Maturín (sin tocar Caracas, la capital)

En Bolivia tenemos estadios aptos para eliminatorias, como el Tahuichi Aguilera, el Víctor Agustín Ugarte, el Félix Capriles, el Jesús Bermúdez, el Patria e, incluso, el Cuarto Centenario de Tarija, el Gran Mamoré de Trinidad y el Roberto Jordán Cuéllar de Cobija.

Quizás ya sea hora de dejar de aferrarnos a la altura. Nacional de Uruguay vino recientemente y apenas perdió por un gol en el estadio más alto del mundo. Y Always Ready devolvió gentilezas haciendo un brillante encuentro y dándole un susto en Montevideo, mostrando que el fútbol se juega con calidad y sin apoyarse en la geografía.

CAMINANDO

José Mateo Gambarte Flores

Comunicador Social

@Josemateogambarte

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Altitud ¿ventaja futbolera?

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20.03.2024

Para el mundo del fútbol, en el que están inmersos millones de bolivianos que quieren que la Selección de su patria retorne a un mundial, vuelven a surgir varios dilemas: ¿Se juega donde se vive?, ¿solo se juega en la altura?, ¿en los valles?, ¿en los llanos?

Cuando, en apariencia, todo estaría oleado y sacramentado para batallar las eliminatorias en el estadio Hernando Siles. Algunas ideas y/o sugerencias de que la Verde pueda jugar en otro escenario, han generado reacciones absurdas en algunos grupos sociales. Así, algún periodista opina que la sede no debe moverse de la ciudad de La Paz, argumentando aspectos históricos, “sede natural”(?) y mencionando alguna huelga de hambre que habrían protagonizado periodistas deportivos de La Paz algunos años atrás en defensa de la altura y amenazando que pudieran volver a hacerlo. Y, me puse a divagar; ¿clasificaríamos al siguiente mundial con una huelga de hambre de periodistas deportivos?

Lo más llamativo, no obstante, fue la reacción de las vivanderas del estadio que al grito de :”La sede no se mueve”, “el Siles se respeta”, vociferaron en puertas de la FBF en La Paz. ¿Habrán atemorizado al señor Costas?, ¿qué responderá el mandamás de la FBF?. ¿Las vivanderas (respetables por cierto), representan a toda la bolivianidad?, ¿puede supeditarse........

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