En el planeta se sienten los efectos del cambio climático tantas veces alertado por científicos, organizaciones de la sociedad civil, organismos internacionales que tienen acceso a información que el común de la gente no la tenemos, pero sufrimos los huracanes, tsunamis, terremotos, sequías, inundaciones y otras tragedias que enlutan a las sociedades con mayor fragilidad económica.

Los intereses de las grandes corporaciones económico-financieras que extienden sus tentáculos en países permisivos con la destrucción de la flora, la fauna y la contaminación inmisericorde del aire, mares, ríos, lagunas y aguas subterráneas, no encuentran límites, excepto en las fronteras de los países donde tienen sus sedes principales. Por lo demás, no les preocupa las estelas de miseria que dejan en países pobres gobernados por élites corruptas o líderes dementes de distinta ideología.

Hoy, como si la devastación de los países en desarrollo, resultado de la explotación de sus recursos naturales no fuera suficiente, se ha generado un clima de terror que va en aumento por las acciones irresponsables de gobernantes, que en su afán de perpetuarse en el poder, ante el riesgo de pérdida de apoyo electoral, empiezan guerras o amenazan con iniciarlas, como es el caso del presidente de Rusia, que para distraer a su pueblo de la grave crisis económica y la pérdida de popularidad que ponían en riesgo su ambición de perpetuarse como el Zar de ese país, decidió invadir a su vecino Ucrania sin importarle las vidas, no solo de combatientes, sino de población civil que ocasionaría y que hoy se cuenta en cientos de miles y el negativo impacto económico para todo el mundo.

No menos delirantes son las acciones de los grupos armados palestinos y la respuesta irracional del gobierno de Netanyahu, que considera que con masacres a niños, mujeres y ancianos y acallando las voces críticas de sectores del pueblo judío que clama diálogo y paz, va a resolver un conflicto centenario.

Tampoco podemos ignorar el temor que causan las amenazas del demente propietario de Corea del Norte para el que recoger muertos de hambre en las calles de su país no significa nada, porque a falta de alimentos para el pueblo, buenas son las armas y provocar a los vecinos.

Cuando investigadores sobre salud mental de los más prestigiosos institutos señalan el aumento del estrés en la población mundial y el crecimiento exponencial de ansiolíticos, principalmente entre los/as jóvenes, no hacen sino poner en evidencia la suma de otro desastre efecto de los anteriores que debe ser resuelto si como humanidad deseamos vivir para contarlo.

DE FRENTE

JULIETA MONTAÑO S.

Abogada, feminista, defensora de DDHH

julietamontañ[email protected]

QOSHE - Desastres anunciados y no atendidos - Julieta Montaño S
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Desastres anunciados y no atendidos

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08.01.2024

En el planeta se sienten los efectos del cambio climático tantas veces alertado por científicos, organizaciones de la sociedad civil, organismos internacionales que tienen acceso a información que el común de la gente no la tenemos, pero sufrimos los huracanes, tsunamis, terremotos, sequías, inundaciones y otras tragedias que enlutan a las sociedades con mayor fragilidad económica.

Los intereses de las grandes corporaciones económico-financieras que extienden sus tentáculos en países permisivos con la destrucción de la flora, la fauna y la contaminación inmisericorde del aire, mares, ríos, lagunas y aguas subterráneas, no encuentran límites, excepto en las fronteras de los........

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