El día 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer instituido por la ONU en homenaje a las mujeres trabajadoras que, por demandar mejores condiciones laborales, reducción de la jornada abusiva impuesta por los empleadores, salarios justos y otras reivindicaciones, fueron cruelmente asesinadas en su fuente de trabajo.

Desde aquella fecha al presente, en todo el mundo se observan avances importantes en el reconocimiento de derechos políticos, económicos, sociales y culturales de las mujeres en igualdad de condiciones con los varones y sin discriminación alguna.

En Bolivia, existe una fructífera producción normativa destinada a combatir la discriminación y la violencia; además, en lo político se logró el reconocimiento de la paridad y la alternancia entre hombres y mujeres en las listas para ocupar cargos de elección para los órganos del Estado; el resultado es la mayor presencia de mujeres en los espacios de poder.

Sin embargo, los efectos positivos esperados de las normas, en la realidad aún no se perciben; la crueldad de la violencia contra las mujeres es cada vez mayor en todas y sus diversas formas de expresión. Al parecer, el propósito que va detrás de estas acciones, además de destruir la capacidad de resistencia de las víctimas, es escarmentar al género femenino.

La información que día a día recibimos, deja la sensación de que lejos de avanzar, la sociedad retrocede en su capacidad de indignarse ante todas las formas de violencia contra las mujeres, incluida la violencia en las redes sociales en las que los agresores esconden su identidad utilizando nombres falsos o pseudónimos con los que aseguran su impunidad.

Los gobiernos, independientemente de la ideología que abracen, se sienten con los deberes cumplidos al aprobar leyes, decretos y resoluciones, aún cuando estos no vayan precedidos de estudios serios sobre su utilidad y con la previsión de recursos económicos y humanos suficientes para encarar la tarea de construir una sociedad democrática en la que hombres y mujeres nos miremos como iguales y nos reconozcamos en la plenitud de nuestra dignidad de seres humanos.

Este 8 de marzo, muchos reconocimientos formales, muchas promesas y muchos festejos; pero, ¿para cuándo el cumplimiento de las promesas de justicia, equidad e igualdad?

El poder patriarcal tiene prioridades que no son las de las mujeres, es por ello que merece ser interpelado con contundencia por toda la sociedad, no solo por las mujeres.

DE FRENTE

JULIETA MONTAÑO S.

Abogada, feminista, defensora de DDHH

julietamontañ[email protected]

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Necesitamos interpelar al poder patriarcal

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10.03.2024

El día 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer instituido por la ONU en homenaje a las mujeres trabajadoras que, por demandar mejores condiciones laborales, reducción de la jornada abusiva impuesta por los empleadores, salarios justos y otras reivindicaciones, fueron cruelmente asesinadas en su fuente de trabajo.

Desde aquella fecha al presente, en todo el mundo se observan avances importantes en el reconocimiento de derechos políticos, económicos, sociales y culturales de las mujeres en igualdad de condiciones con los varones y sin discriminación alguna.

En Bolivia, existe una fructífera producción normativa destinada a combatir........

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