En estos últimos días en que todos los buenos deseos, afectos, encuentros, expresiones de toda índole van y vienen no puedo dejar de pensar en algo que tenemos que seguir fortaleciendo como educadores: “el cuidado” no solo de uno mismo, sino del otro y del medio ambiente. Vivimos en un escenario en el que poco nos interesa la manera cómo hablamos, qué vocabulario utilizamos, cómo escuchamos, ni qué decir cuando observamos hechos de violencia como algo natural o hacemos uso exagerado de envases desechables y no nos preocupa que cada vez el sonido de la naturaleza sea menor por el estruendoso ruido de una motocicleta o de un vehículo que no han recibido adecuado mantenimiento.

Es justamente en la educación donde se entrelazan conocimientos, habilidades y crecimiento personal, es allí donde surge este elemento esencial que va más allá del aula. Hoy ya no solo se habla de transmitir información, sino de lo que implica la totalidad del ser humano y de la necesidad que éste tiene que nutrirse de todo lo que le proporciona la realidad y cómo hacer frente a la misma. En este sentido, la atención, la consideración, la empatía constituyen factores clave para que el estudiante encuentre sentido al valor de su persona, se sienta en un ambiente seguro y protegido, reconociendo que su voz es escuchada y su opinión importante, lo cual le sirve de referencia para valorar a los demás y a todo lo que le rodea.

El cuidado en la educación comienza con la atención individualizada y la conexión humana que efectivamente se dan en el aula, pero trascienden la misma. ¿Cómo trabajar aquello? Conociendo a cada estudiante, primero como persona, para ello el docente puede utilizar distintas herramientas metodológicas y responder a sus necesidades haciendo énfasis en la diversidad de los aprendices.

Desde el primer día de clases, propongámonos establecer una buena relación con nuestros estudiantes, pues una actitud cercana es clave para que cada uno de ellos se sienta valioso lo que posibilitará un aprendizaje significativo y elevará su rendimiento académico.

Otra manera de ir más allá del aula con el cuidado, es la resolución pacífica de conflictos, enseñando a los estudiantes a cuidar sus relaciones y sus reacciones con los demás para resolver problemas cotidianos de manera positiva, en ello puede contribuir una autoestima saludable ya que influye en su forma de relacionarse con los demás y en su capacidad para enfrentar desafíos, así como en su nivel de satisfacción con la vida.

Asimismo, no dejar de lado la educación ambiental promoviendo el cuidado del planeta siendo responsables con el uso de los recursos naturales, teniendo respeto a los animales, a las plantas y compasión hacia todas las formas de vida, pues nadie es más ni menos si se trata de preservarla.

El solo mantener una actitud positiva frente a uno mismo y a los demás ya es una manera de abordar el cuidado con todo lo que nos rodea.

CONSTRUIR COMUNIDAD

María Luz Mardesich Pérez

Responsable UNIDEC UCB Cochabamba

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