Hace tiempo que la ciudadanía ha internalizado el desarrollo urbano como la proliferación de grandes edificaciones en altura, expansión desmedida de sus manchas urbanas y asfalto, mayor instalación de población, inmoderada infraestructura vial, uso de materiales refractarios que incrementan la temperatura, considerable aumento del parque automotor, evidenciando una notoria transformación en el comportamiento urbano.

El desarrollo de actividades urbanas cotidianas ha convertido a la ciudad en un espacio de continuo movimiento, provocando una inecuación entre el ajetreo urbano y la calidad de vida urbana. Su avance provoca externalidades negativas que transforman irremediablemente el manejo del territorio con altas repercusiones socio ecológicas, como contaminación atmosférica, residuos y aguas descompuestas, suelos degradados, espacios saturados con alta violencia y riesgos naturales y antrópicos.

La migración interna en búsqueda de mejores escenarios de habitabilidad confronta aún más las ciudades, expandiendo sus límites administrativos hacia segmentos marginales con condiciones de precariedad infraestructural e invisibilización por parte del resto de la ciudadanía y de la administración local.

En este sentido, la ausencia de planificación integral revela que la atomización de sectores de un mismo entramado evidencia marcadas y peligrosas desigualdades que influyen en la vida diaria, reflejando una debilidad institucional con incapacidad de respuesta a estos fenómenos agresivos e insolvencia para mejorar los nuevos modos de interacción social.

El urbanismo por sí mismo no garantiza la integración ciudadana ni el reconocimiento de derechos iguales para todos, pero puede a partir de la planificación crear condiciones de reducción de discriminación, confrontando valores e intereses en un reto frontal a la innovación política, a la entelequia urbanística y a la participación cívica como apoyo a la gestión.

Por tanto, pensar en hacer ciudad es pensar en planificar la vida urbana. Aportar en una mejor conducta ciudadana debe ser parte de nuevos marcos mentales para una oferta urbanística efectiva, más que desarrollista, de amplio involucramiento en el pensamiento del beneficio colectivo y multidimensional concluyente en un cambio de ritmo urbano.

CIUDAD SUSTENTABLE

MARKO QUIROGA BERAZAÍN, Ph.D.

Investigador CEPLAG - UMSS

[email protected]

QOSHE - La planificación, ¿conquista urbana? - Marko Quiroga B
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La planificación, ¿conquista urbana?

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31.01.2024

Hace tiempo que la ciudadanía ha internalizado el desarrollo urbano como la proliferación de grandes edificaciones en altura, expansión desmedida de sus manchas urbanas y asfalto, mayor instalación de población, inmoderada infraestructura vial, uso de materiales refractarios que incrementan la temperatura, considerable aumento del parque automotor, evidenciando una notoria transformación en el comportamiento urbano.

El desarrollo de actividades urbanas cotidianas ha convertido a la ciudad en un espacio de continuo movimiento, provocando una inecuación entre el ajetreo urbano y la calidad de vida........

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