En Cochabamba la mancha urbana ha avanzado a un ritmo más acelerado que el crecimiento poblacional, aunque destacando bajas densidades, déficit cuali-cuantitativo de espacios públicos y áreas verdes, precariedad residencial, elevada segregación socio espacial, fragmentación, exclusión e injusticia social, y vulnerabilidad ante efectos del cambio climático; que en gran medida recelan la ausencia de previsión de gobiernos locales en su rol planificador.

Su mejoramiento requiere de una compleja combinación multidimensional de planificación y gestión que identifique estratégicamente problemas estructurales que causan el deterioro para posterior aplicación de un modelo de desarrollo urbano socialmente inclusivo hasta consolidar estándares para una ciudad sustentable. Esta tendencia urbana serviría para recuperar la funcionalidad de la trama urbana, optimizar el manejo de recursos, consumo de energía y la calidad de vida.

Cochabamba en su proceso hacia el desarrollo urbano requiere un plan estratégico inscrito en un proyecto de regeneración urbana integral, con objetivos de corto, mediano y largo plazo, y acciones que permitan materializar estos objetivos en un marco técnico de trabajo con actores institucionales, políticos, y colectivos sociales de la ciudad.

Es posible lograr un proceso de regeneración urbana con cuatro aspectos fundamentales: 1. Crear un documento técnico con una base metodológica concreta, donde se inscriban las prioridades temáticas. 2. Construir un sistema de indicadores de sustentabilidad urbana que permita valorar el comportamiento de la ciudad. 3. Establecer directrices y lineamientos clasificados en un conjunto de acciones planificadas para su validación ciudadana. 4. Desarrollar mecanismos para la puesta en marcha, seguimiento y evaluación del proceso de implementación.

Esta experiencia debe acentuar el tratamiento de rehabilitación del Centro Histórico, la renovación de barrios emblemáticos, recuperación de terrenos baldíos para la resignificación de espacios públicos, renaturalización de ecosistemas para mejorar la resiliencia urbana, entre otros. Su aplicación como nuevo modelo de desarrollo aportaría en la integración territorial y en el estado socioeconómico de sectores urbanos degradados.

CULTURA, ZOOCIUDAD Y TERRITORIO

MARKO QUIROGA BERAZAÍN, Ph.D.

Investigador CEPLAG - UMSS

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