Para lograr una Cochabamba resiliente, se requiere un trabajo institucional que evalúe, proyecte y operativice competencias de manera integrada en respuesta a los eventos producidos por el cambio climático u otros repentinos o lentos de origen, previstos o imprevistos, naturales o antrópicos, que intercedan en el mejoramiento de la calidad de vida ciudadana, garanticen el desarrollo, fomenten el entorno de inversión y promuevan el cambio positivo.
Los recurrentes efectos del cambio climático en su afán confrontacional con la urbanización evidencian amenazas de origen natural o socio-ecológico, cuyos efectos catastróficos, inundaciones, seísmos, olas de calor, crisis sanitarias-ambientales, causan daños materiales a la infraestructura estructuralmente vulnerable, impactan en la salubridad, incluso provocando desapariciones y muertes; e inciden negativamente en el ámbito socio-organizacional y en la vinculación pública y privada, cuya intersección genera debilidad por su interdependencia y por el interfaz en la ocupación y usos de suelo.
De momento, es aún tarea pendiente lograr espacios urbanos más seguros y amigables que respondan a procesos de planificación urbana, sustentabilidad y ecología urbana a partir de políticas públicas, eficientes y oportunas que minimicen los riesgos y aminoren las consecuencias.
Establecer patrones de crecimiento, manejar la biodiversidad urbana, abordar instrumentos de gestión urbana, institucionalidad, gobernanza ambiental y desarrollo de conflictos urbanos, son ineludibles más allá de identificar elementos ambientales, que solos, resultan insuficientes para la protección y conservación; por lo que es preciso ahondar en estrategias de ecología urbana; con análisis sensato de los eco-intereses, en claro conocimiento que la respuesta a las crisis tienen carácter más político que científico.
De este modo, como parte de la planificación urbana resulta imperativo implementar infraestructura ecológica, flexible y con diversidad tecnológica adecuada para cada lugar; así como el manejo de áreas verdes, uso recreativo en zonas inundables, administración de espacios públicos degradados, utilización alternativa de flujos de agua, techos verdes, enfocados hacia el bienestar social y al aliento para una ciudad más resiliente.
CULTURA, ZOOCIUDAD Y TERRITORIO
MARKO QUIROGA BERAZAÍN, Ph.D.
Investigador CEPLAG - UMSS
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