La ciudad ha experimentado un importante proceso de expansión y generación de asentamientos humanos, ocasionando un crecimiento hacia las periferias en función de su dinámica económica y social. Esta expansión confronta ciertas tendencias producto de la forma que ha ido adoptando la ocupación del suelo, transformación del hábitat original y la promoción de problemas socio urbanos y ambientales.

El negocio inmobiliario y la ocupación informal se han constituido en la guía principal de la urbanización, dado que el suelo como recurso estratégico para el desarrollo urbano no ha sido un tema de manejo eficiente por parte del Estado. Los “modelos de desarrollo” reflejan el crecimiento expansivo de las redes urbanas con acentuación de niveles de pobreza y polarización socioespacial, sobreexplotación de recursos y contaminación de agua, tierra y aire.

Por lo que la necesidad de abordar de manera transversal la complejidad urbana es ineludible. Es urgente implementar estrategias integradas orientadas a un desarrollo sustentable que aborden la crisis territorial y el consumo ambiental que enfrenta la ciudad, reconociendo que los costos económicos, sociales, políticos y ambientales del modelo son extremadamente altos y ponen en riesgo la viabilidad urbana y su gobernabilidad. La sociedad carece de conciencia de los impactos que provoca y el Estado está ausente de una solución de fondo.

También es importante entender que el territorio y el ambiente son vitales y estratégicos para el desarrollo y son la base para mejorar las posibilidades de convivencia comunitaria y de crecimiento económico.

Finalmente, es urgente superar la creciente discrecionalidad y colusión entre Estado y particulares respecto de las decisiones que se toman sobre urbanización y temas ambientales, de manera de mejorar la legitimidad de una política ambiental.

Si bien el mercado de suelo asociado a directrices de planificación urbana podría ser un elemento para la orientación y localización de usos del suelo, la ausencia de políticas urbanas por parte del Estado produce una limitante para alcanzar la eficiencia en la provisión y manejo de suelos especialmente para grupos desfavorecidos, para usos poco rentables, y para la preservación del ambiente y el espacio público.

CULTURA, ZOOCIUDAD Y TERRITORIO

MARKO QUIROGA BERAZAÍN, Ph.D.

Investigador CEPLAG - UMSS

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