La creatividad literaria de los grandes escritores revolucionarios del siglo XX, como la de Franz Kafka, James Loyce, Thomas Mann, Alberto Camus, Federico García Lorca, Marcel Proust, Gabriel García Márquez, Pablo Neruda, Gabriela Mistral, entre otros, dio origen a la configuración e ilustración del pensamiento poético, cinematográfico, periodístico y político de Marcelo Quiroga Santa Cruz, quien dejó un legado, una huella más allá de la frontera de Bolivia, imborrable en la literatura y, sobre todo, en la política.

La formación tanto literaria como artística de Marcelo se vincula estrechamente al decenio de 1950; así es como tenemos la poesía “Un arlequín está muriendo”, que se considera hoy como parte de una serie de poemas que no fueron entregados para su publicación. Fue fundador del semanario Pro-Arte era conocido por su contribución a la difusión de la cultura, la literatura, el teatro, la música, el cine y el arte en general.

Asimismo, participó como delegado de Bolivia en el Congreso Continental de la Cultura en Chile; evento al que asistieron diversos actores culturales e impulsado por Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Baldomero Sanín Cano, Jorge Edwards, entre otros.

También rodó dos cortometrajes de 16 mm, “El Combate” y “La bella y la bestia”. El primero fue expuesto por primera vez al público en la sala de la Fundación Cinemateca Boliviana en 2010. La cinta está co-producida por el conocido cineasta Enrique Arnal. Allí dramatizan una pelea entre dos gallos, uno negro y otro blanco, y un niño como protagonista. De esta escena de la película sigue la fantasía del niño, preguntándose de quién es quién de los gallos. La filmación deja patente el conflicto, la lucha por la vida.

¿Casualidad? “El gallo de oro”, una novela del mexicano Juan Rulfo, fue escrita entre 1956 y 1958, aunque recién fue editada hasta 1980. Trabajo literario que denuncia la pobreza, la violencia, la desesperación, en síntesis, la lucha por la supervivencia (como lo atestigua la película “El gallo de oro”).

Marcelo hizo conocer en vida su novela “Los deshabitados”, en 1959, donde rompe con el estilo tradicional de la literatura boliviana. Relata la historia de un sacerdote de fe vacilante y de un hombre de 35 años que se considera escritor. El libro aborda cuestiones como la pobreza, la desigualdad social y la enajenación. Se trata de un reflejo de la condición humana y de la injusticia social. Esta visión dio lugar a ser reconocido como uno de los 15 libros fundamentales de la literatura boliviana y reconocido con el premio internacional "William Faulkner" en 1961.

En la portada de “Los deshabitados”, aparece una gruesa puerta de madera. En el centro de la puerta se destaca un trozo de hierro en forma de cabeza de león, que está pegado. Esta cabeza de león es prominente y agrega un elemento visual llamativo a la portada. Además, la puerta cuenta con un soporte para las manos en la boca del león, diseñado para llamar a la puerta. Con todo, la puerta transmite una sensación de robustez y antigüedad, evocando la idea de abrir una puerta hacia una historia intrigante y fascinante. En la contraportada de la novela aparece la foto de Marcelo donde se pregunta: "¿Cómo ha sido escrito? Como no debe escribirse nunca un libro: es casi una secreción..." (1980, foto por Antonio Eguino).

Por último, por ahora en su natalicio, honremos el legado al pensamiento inmortal de Marcelo Quiroga Santa Cruz.

FORO

Miguel Azurduy Zurita

Sociólogo por la Universidad Autónoma Metropolitana (Ciudad de México)

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QOSHE - El delito de la palabra - Miguel Azurduy Zurita
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El delito de la palabra

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13.03.2024

La creatividad literaria de los grandes escritores revolucionarios del siglo XX, como la de Franz Kafka, James Loyce, Thomas Mann, Alberto Camus, Federico García Lorca, Marcel Proust, Gabriel García Márquez, Pablo Neruda, Gabriela Mistral, entre otros, dio origen a la configuración e ilustración del pensamiento poético, cinematográfico, periodístico y político de Marcelo Quiroga Santa Cruz, quien dejó un legado, una huella más allá de la frontera de Bolivia, imborrable en la literatura y, sobre todo, en la política.

La formación tanto literaria como artística de Marcelo se vincula estrechamente al decenio de 1950; así es como tenemos la poesía “Un arlequín está muriendo”, que se considera hoy como parte de una serie de poemas que no fueron entregados para su publicación. Fue fundador del semanario Pro-Arte era conocido por su contribución a la difusión de la cultura, la literatura,........

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