Recuerdo una canción del famoso cantante brasileño Roberto Carlos que decía: “cuando era un chiquillo que alegría, jugando a la guerra noche y día”. En la actualidad, pareciera que les cae muy bien a los gobernantes de las potencias mundiales, actúan como chiquillos y esbozan una sonrisa cuando un país “amigo” ataca a un país que consideran su enemigo.

El sábado, Irán atacó a Israel (por primera vez en la historia), en represalia por el ataque a su consulado, en el cual falleció un alto mando iraní. Esta escalada bélica hace que la humanidad piense, y con justa razón, que la tercera guerra mundial está muy cerca, porque las guerras que estallan no solo son por ocupar territorio o por cuestiones religiosas, sino que es para demostrar la supremacía y dominio mundial por parte de las potencias y sus aliados.

El dominio militar es un eslabón en el proceso del dominio mundial, sin embargo, también juega un papel importante la diplomacia. Resulta muy significativo que en la invasión israelí a la franja de Gaza, se cometieron varias ilegalidades, como atacar hospitales, matar más de 100 mil niños palestinos, bombardear vehículos de organizaciones humanitarias que distribuían comida a las mujeres y niños palestinos, prohibir el ingreso de ayuda humanitaria, ejecuciones extrajudiciales de “supuestos” miembros de Hamas y otros horrores. Frente a estos actos, la diplomacia internacional no dijo ni hizo nada, pero apenas se ataca bases militares de Israel, se convoca urgentemente a una asamblea del Consejo de Seguridad.

Seguramente este Consejo de Seguridad condenará el ataque iraní y no dirá nada de las atrocidades israelíes; exigirá que Irán no vuelva a atacar a Israel bajo amenaza de que las potencias occidentales podrían intervenir directamente. Estas diferencias y asimetrías de la diplomacia internacional, hace que los ciudadanos tomen otras acciones y generen por ejemplo el festejo callejero en varios países cuando Irán “hizo justicia” cuando atacó territorio israelí.

Para los países sudamericanos, esto no quedará como simple noticia. No olvidemos que Estados Unidos tiene intereses económicos y políticos, lo que hace que intervengan directamente en estos conflictos, tanto en el aspecto militar y mucho más en lo diplomático. En este sentido, como el “papá de América”, no creo que permita que Rusia y China puedan acceder a los recursos de Sudamérica, como el litio, hierro y otros recursos naturales imprescindible para el desarrollo armamentístico.

Hay que destacar que Rusia y China ampliaron sus inversiones en Sudamérica, crearon lazos económicos y financieros en la mayoría de los países, lo cual hizo que las luces de “emergencia” de Estados Unidos se enciendan, y en un futuro cercano, esta potencia iniciará toda acción que pueda revertir la influencia de Rusia y China, con el apoyo de grupos políticos en cada país (sobre todo de tendencia derechista), iniciarán acciones de desprestigio y boicot económico, propiciarán manifestaciones por sectores estratégicos, como ser médicos, maestros y otros, sobre todo a los gobiernos “progresistas” o de izquierda. Nada raro que hasta se promuevan y financien golpes de estado, todo para que los “enemigos” no tengan accesos a los recursos naturales.

FORO

MIGUEL ÁNGEL MARAÑÓN U.

Economista

[email protected]

QOSHE - Se acerca la tercera guerra - Miguel Ángel Marañon
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Se acerca la tercera guerra

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17.04.2024

Recuerdo una canción del famoso cantante brasileño Roberto Carlos que decía: “cuando era un chiquillo que alegría, jugando a la guerra noche y día”. En la actualidad, pareciera que les cae muy bien a los gobernantes de las potencias mundiales, actúan como chiquillos y esbozan una sonrisa cuando un país “amigo” ataca a un país que consideran su enemigo.

El sábado, Irán atacó a Israel (por primera vez en la historia), en represalia por el ataque a su consulado, en el cual falleció un alto mando iraní. Esta escalada bélica hace que la humanidad piense, y con justa razón, que la tercera guerra mundial está muy cerca, porque las guerras que estallan no solo son por ocupar territorio o por cuestiones religiosas, sino que es para demostrar la supremacía y dominio mundial por parte de las potencias y sus aliados.

El dominio........

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