El libro “Patas arriba: La escuela del mundo al revés” de Eduardo Galeano, publicado en 1998 con una visión del mundo, al final del milenio pasado, está empeorada, con la izquierda y la derecha, el ombligo en la espalda y la cabeza en los pies.

Galeano, que saludó el advenimiento del masismo el año 2006, mostraba en su obra, sin tapujos, las miserias de la sociedad contemporánea, cuando el mundo ya estaba al revés, recorriendo temas como la impunidad del poder, la sociedad de consumo, la injusticia, a las que se agregó como una epidemia, la corrupción y las dictaduras disfrazadas de democracia.

Hoy, la reserva moral está debilitada o erosionada, más proclive a lo malo que a lo bueno, con una conciencia colectiva maltrecha y desorientada, y no me refiero a la “reserva moral” de la que hablaba el jefe cocalero, que ya sabemos cómo quedó, después de 18 años de despilfarro.

El mundo no está solo, patas arriba o al revés, a esta altura, creo que está loco, aunque muchos estudiosos escriben que siempre fue así, con algunos matices o diferencias de época.

Hace cuatro décadas, un presidente decía “Bolivia se nos muere” e imponía el Decreto 21060 hasta ahora vigente, para ordenar la economía.

La nueva Constitución Política del Estado en el artículo 169 dice: “El periodo de mandato de la Presidenta o Presidente y de la Vicepresidenta o del Vicepresidente del Estado es de cinco años, y pueden ser reelectas o reelectos de manera continua por una sola vez”. Contundente.

Por eso, reflexionando con serenidad y objetividad, es incomprensible, cómo sigue en controversia si puede o no volver a postular a la presidencia de la República, el bloqueador de caminos.

Después de pisotear el Referéndum del 21 de febrero, del fraude comprobado por la OEA, la dilapidación de recursos del Estado, de las ejecuciones, de múltiples transgresiones a la Constitución y otras leyes, es inconcebible.

Por si fuera poco, recordando el Mar en el mes de marzo, seguro que llegará el día en que serán enjuiciados, como corresponde, los autores directos de la pérdida irreparable, a la cabeza de Evo Morales Ayma y sus ministros, al igual que Carlos Mesa, Rodríguez Veltzé y otros protagonistas.

La juventud tiene que asumir la práctica política, como obligación moral.

Mis circunstancias

MOISÉS REVOLLO

Periodista deportivo

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