La cátedra, puntualmente, es la traslación de conocimientos seleccionados en un programa analítico a las mentes fértiles de los jóvenes, con el condicionante de la generosidad sin límites, es decir, en este ejercicio intelectual no cabe reservarse nada para sí, debido al inconsistente y ególatra temor que el estudiante rebase al profesor.

Imbuir a los estudiantes de carácter y criterio como las fuerzas motrices más beneficiosas que existen en la humanidad, y que representan los agregados nobles de la naturaleza humana en toda su grandeza; es la impronta más favorable de mujeres y hombres que son superiores, ora por su ingenio, ora por la realización de sus ideas; también por su integridad moral; estas adquisiciones intrínsecas imponen usualmente la obediencia espontánea de los demás.

Preceptivo es diferenciar el carácter y el genio en los estudiantes como una labor psicológica del catedrático, pues el genio “es la disposición mental innata o talento” (Immanuel Kant) y fundamentalmente un producto de la potencia ilimitada del cerebro; el carácter es la potencia del corazón y, más temprano que tarde es este carácter que gobernará la vida profesional en ciernes.

A los estudiantes con genio se les reserva un rango muy importante en la sociedad que es proporcional a su inteligencia; los estudiantes de carácter representan la conciencia y, mientras que a aquellos se los admira, a estos se los imita.

Los estudiantes con genio son contados y su grandeza en sí es relativa; está limitada al ámbito de acción de la mayor parte de los estudiantes y futuros profesionales, y son un número reducido los que tendrán ocasión de traspasar el umbral de mujeres y hombres excepcionales.

Sin embargo, a cada cual, tanto a los destacados como a los regulares les es impuesto cumplir su misión con honradez a través del empleo de sus facultades, aptitudes, virtudes y valores, utilizando unas y otras sin abusar de ellas, así conforman una vida grata como les sea posible, manteniendo la veracidad hasta en las fruslerías.

El lector puede imaginar el trabajo intelectual exigente que el catedrático debe desarrollar y demostrar con resultados, cuando forma a profesionales, como sería el caso de la reforma judicial en el país, que se cristalizará, no con dinero sino desde la base, con profesionales jóvenes incorruptibles que reciban formación estricta para este propósito de catedráticos igualmente incorruptibles, pues un país sin justicia ecuánime, libre de la perniciosa política, es un país que no desarrolla.

Resultados son las acciones futuras de sus educandos tanto en la profesión como en la vida de interrelación.

FORO

RAÚL PINO-ICHAZO T.

Abogado, posgrados en Derecho Aeronáutico, Arbitraje y Conciliación; Filosofía y Política

[email protected]

QOSHE - Genio y carácter en la cátedra - Raúl Pino - Ichazo Terrazas
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Genio y carácter en la cátedra

16 0
26.11.2023

La cátedra, puntualmente, es la traslación de conocimientos seleccionados en un programa analítico a las mentes fértiles de los jóvenes, con el condicionante de la generosidad sin límites, es decir, en este ejercicio intelectual no cabe reservarse nada para sí, debido al inconsistente y ególatra temor que el estudiante rebase al profesor.

Imbuir a los estudiantes de carácter y criterio como las fuerzas motrices más beneficiosas que existen en la humanidad, y que representan los agregados nobles de la naturaleza humana en toda su grandeza; es la impronta más favorable de mujeres y hombres que son superiores, ora por su ingenio, ora por la realización de sus ideas; también por su integridad moral;........

© Opinión


Get it on Google Play