Es inaudita la falta de conocimiento de la considerable incidencia que genera el turismo en el ingreso de divisas al país, para beneficio de todos, y mejorando ostensiblemente la sustentabilidad de la noble actividad.

Sin embargo, autoridades diletantes, carentes del esfuerzo necesario que significa investir la calidad de autoridad y servidor público, determinan el incremento de la tasa de aeropuertos al doble de la actual; una medida deplorable para nuestro incipiente turismo, ya maltrecho por las endémicas manifestaciones que paralizan a las ciudades y a la actividad normal; acciones que definitivamente alejan a los turistas que eligen otros destinos para sus vacaciones, privándonos de sus estancias de diferente duración y del consumo de productos bolivianos, invirtiendo en el país sus divisas.

La Cámara de Turismo lleva razón al reclamar esta desatinada disposición, contraria cardinalmente a la conducta mundial de protección al turismo, empero, debe hacerlo con vehemencia, pues se está lesionando los derechos fundamentales a percibir ingresos para la supervivencia de miles de bolivianos. Las líneas aéreas, hoteles de todas categorías, hostales, residencias, artesanos, restaurantes de todos los niveles y hasta las “comideras” se verán afectados, aún más, por este exabrupto administrativo.

Las actividades precitadas, concomitantes con el turismo, se exasperan al contemplar cómo se reduce la actividad del turismo, que debiera recibir total apoyo de las autoridades que, por otro lado, cometen una flagrante contradicción al gobierno que declara este año como el año del turismo.

La ciudadanía, afortunadamente, se ha impuesto la conciencia de la benéfica actividad del turismo, la cual, ostentando la autoridad ciudadana, que es la voz de Dios, confronta la estolidez de autoridades que supervisan al turismo, las mismas que deberían ser demandadas judicialmente por negligencia en la aplicación de sus atribuciones, por una deficiente gestión y una carencia total de sentido de pertenencia a Bolivia, nación a la que debe protegerse en todas las medidas que se asuman (...).

Es una paradoja que una autoridad de rango declare a los medios que “esta medida solo afectará a los vuelos internacionales” sin meditar, por obligación de su cargo, pues el contribuyente le paga para pensar, que se perjudicará en ingresos a la principal línea aérea de Bolivia, que genera un considerable tráfico de turistas de los países limítrofes y extra limítrofes.

FORO

RAÚL PINO-ICHAZO T.

Abogado, posgrados en Derecho Aeronáutico, Arbitraje y Conciliación; Filosofía y Política

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