La guerra en Ucrania se metamorfosea en una retahíla de indecisiones sumamente preocupantes, cometidas por las potencias europeas y EEUU. Después de la invasión, las potencias europeas y Estados Unidos, más por reacción humoral que sensatez, inician el apoyo a Ucrania con equipo militar, municiones y drones, así como sistemas de defensa contra aquellos del enemigo.

Aquí se espiga el punto de inflexión decisivo: se ayuda a Ucrania cíclicamente, a intervalos, que no son recomendables para cualquier confrontación bélica; el apoyo una vez consumado en hechos debe ser constante, considerando que los equipos y municiones son consumibles y se debe disponer de reservas suficientes después de la intensidad o levedad de un ataque de contraofensiva.

Se utiliza políticamente la cándida alternativa de la retórica del eufemismo, al declarar que no se quiere un enfrentamiento militar con Rusia (casus belli), entonces, por decantación surge la necesaria interrogante ¿Qué denominación debe asignarse a la actitud de suministrar equipo militar, municiones y dinero, cuando tal dimensión de apoyo es una tácita participación en el conflicto bélico actual?

Esta incomprensible continuidad de indecisiones, cuando se apoya y luego se retrocede, es querer traslapar un apoyo unánimemente decidido en su inicio, por el argumento de aparentar no agredir a Rusia; es un apoyo consumado que, analizado a la letra en los diferentes códigos penales universales, se concluye como una tácita involucración en el conflicto, desde el momento que los países europeos y EEUU confieren materialmente sustentabilidad al conflicto.

En este momento, sin eufemismos, existe una confrontación bélica de las potencias europeas y EEUU contra Rusia, solo se extraña una declaración de guerra. No se aclara diáfanamente tales indecisiones, que son la impronta en esta guerra; desde el canciller alemán, caracterizado por sus indecisiones, siendo una paradoja frente a su antecesora, no solo en la política internacional tan agravada, sino en el ámbito interno de Alemania.

Esta dicotomía de opiniones asume su apogeo con la declaración pública del Presidente de Francia, una potencia internacional, que afirma no descartar la participación de tropas de infantería en la guerra, y que el canciller alemán la descarta de plano; y el mundo consciente que ama la paz y la solidaridad mundial está en ascuas.

FORO

Raúl Pino-Ichazo T.

Abogado, posgrados en Derecho Aeronáutico, Arbitraje y Conciliación; Filosofía y Política

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