El primer cuarto del Siglo XXI está confirmando que el Mundo es de los malos. Lo aseveran datos, hechos y situaciones contrastados en los cuatro puntos cardinales.

Rusia, con un sátrapa que ha implantado un sistema criminal y corrupto que asesina impunemente a todo aquél que osa hacerle oposición, somete a sus ciudadanos sin que existan contrapoderes, invade territorios que no son suyos para anexionarse tierras, amenaza con armas nucleares a los países que no aceptan sus planteamientos y se regodea de sus actos en esa sede inútil y carísima que se llama Organización de Naciones Unidas (ONU). China sigue gobernada por un partido único (PCCh) cuyo presidente Xi Jinping está mutando a una monocracia absolutista obsesionada con reconquistar Taiwán, aunque los taiwaneses no tengan el menor deseo de incorporarse a la dictadura, y tiene como objetivo dominar el mercado de la Inteligencia Artificial, que exporta a autocracias como Irán, Arabia Saudí y Venezuela, aunque, por ahora, no utiliza la fuerza en el exterior para cumplir sus objetivos geoestratégicos y se limita a advertir y utilizar su tecnología y capital económico y humano para comprar países y obtener de ellos materias primas, mercados, gestión de puertos e infraestructuras y apoyo y votos en foros internacionales.

Aliados con Rusia como dictaduras cada vez más perfectas y coordinadas están Bielorrusia, Irán, Yemen, Corea del Norte, Libia, Malí, Mozambique, Argelia, Níger, Chad, Sudan, Eritrea, Somalia, Etiopia, República Centroafricana, Liberia, Burkina Faso, Cuba, Venezuela y Nicaragua. Algunos suministran armas y soldados a Putin para sus invasiones y conquistas, otros alojan al Grupo Wagner, el ejército privado de Putin que opera en Libia, Malí, Burkina Faso, Níger, Mozambique, Madagascar, República Centroafricana, Siria, Sudán, Bielorrusia y Venezuela a cambio de acceso a recursos naturales, y varios, como el Congo, Sudán, Senegal, Gambia, Mauritania, Guinea, Malí, Burkina Faso, Níger, Chad, Camerún, Nigeria, Birmania, Armenia y Yemen se desangran en guerras civiles. Todos votan con Rusia en la ONU y a la inversa. Y contra casi todos los de una parte y otra, el Estado Islámico (EI), enemigo de los cristianos en todos los rincones y de los musulmanes en algunos.

En la otra parte del Mundo, la que aún podemos llamar de los buenos porque hay democracia liberal, las cosas no van bien. Algunos Estados empiezan a ser iliberales porque el poder ejecutivo, el legislativo y los organismos que hacen de contrapeso están ya en manos de autócratas, en donde solo les falta hacerse con el Poder Judicial y su policía judicial para convertirse en dictadores y pasar al otro lado, el de los malos. En todos ellos las mafias de la droga, el tráfico de seres humanos, la trata de mujeres, el robo y asalto organizado y el lavado de capitales ilícitos gozan de buena salud porque las protegen leyes nacionales e internacionales emanadas de la ONU y de otras organizaciones dominadas por la parte del Mundo llamado de los malos, en la que, naturalmente, esas leyes no se aplican. Así ocurre con la masiva inmigración ilegal, verdadero cáncer para las democracias, dominada por bandas ligadas y apoyadas por dictaduras que a cambio de dinero suministran a esas organizaciones seres humanos para que no molesten al dictador y dejen espacio para las siguientes tandas. O utilizan la modalidad de pago por adelantado: tú, Estado receptor, me das dinero todos los años y a cambio controlo mis fronteras para que no salgan ilegales de mi país hacia el tuyo o lo atraviesen impunemente los de otros. Si no me pagas, no podré hacerlo porque soy pobre y no tengo medios.

Otro tanto sucede con los clanes de la droga, aliados con esos gobiernos corruptos para producir y exportar el material con el que ingresar divisas, corromper sistemas y destruir sociedades. Y todo con la ayuda del “buenismo” inoculado en la sociedad occidental por políticos, empresarios y ONG privadas y públicas que viven de la pobreza porque los pobres son sus clientes y hay que tener clientes. Las leyes de estos países favorecen al delincuente (y si es menor de edad, además le protegen) y al vago, y perjudican al ciudadano honrado que paga impuestos y tasas abusivas; trabaja legalmente todo el día y quiere a cambio lo que ya no tiene: seguridad en calles, plazas, barrios, comercios y transporte público, dominados por pandilleros ninis; seguridad jurídica para su propiedad privada, al capricho de los okupas, y llegar a fin de mes sin penalidades.

Actualmente hay 63 democracias liberales frente a 74 autocracias, según el índice de Transformación 2024 (BTI) de la Fundación Bertelsmann, en el que se constata que la democracia en países en vías de desarrollo y de transformación ha ido menguando progresivamente en los últimos 20 años. Casi un tercio de los 137 países analizados presentan los indicadores más bajos de oportunidades de participación política jamás registrados por el BTI. Solo en los últimos dos años las elecciones en 25 países han sido menos libres y menos justas; se han restringido los derechos de asamblea y asociación en 32 Estados y la libertad de expresión se ha visto mermada con controles más férreos en 39 países. Esta erosión puede ser la antesala de un gobierno autoritario, advierte el informe.

Definitivamente el Mundo es de los malos y no parece que el de los buenos pueda ganar. Quizás lo solucione Putin con una nueva guerra mundial.

QOSHE - El Mundo es de los malos - Jorge Del Corral
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El Mundo es de los malos

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15.04.2024

El primer cuarto del Siglo XXI está confirmando que el Mundo es de los malos. Lo aseveran datos, hechos y situaciones contrastados en los cuatro puntos cardinales.

Rusia, con un sátrapa que ha implantado un sistema criminal y corrupto que asesina impunemente a todo aquél que osa hacerle oposición, somete a sus ciudadanos sin que existan contrapoderes, invade territorios que no son suyos para anexionarse tierras, amenaza con armas nucleares a los países que no aceptan sus planteamientos y se regodea de sus actos en esa sede inútil y carísima que se llama Organización de Naciones Unidas (ONU). China sigue gobernada por un partido único (PCCh) cuyo presidente Xi Jinping está mutando a una monocracia absolutista obsesionada con reconquistar Taiwán, aunque los taiwaneses no tengan el menor deseo de incorporarse a la dictadura, y tiene como objetivo dominar el mercado de la Inteligencia Artificial, que exporta a autocracias como Irán, Arabia Saudí y Venezuela, aunque, por ahora, no utiliza la fuerza en el exterior para cumplir sus objetivos geoestratégicos y se limita a advertir y utilizar su tecnología y capital económico y humano para comprar países y obtener de ellos materias primas, mercados, gestión de puertos e infraestructuras y apoyo y votos en foros internacionales.

Aliados con Rusia como dictaduras cada vez más perfectas y........

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