El homo sapiens, el más moderno desde el Australopithecus, apareció en África hace 200.000 años, concretamente al sur del río Zambeze, según la revista Nature. Nosotros pertenecemos a esa especie, pero caminamos a pasos agigantados hacia una nueva evolución a la que podemos llamar homo consumus. Veamos

Capacidad craneal a lo largo de la evolución: Ausstralopithecus 580cc. Habilis 800. Erectus 1.100. Neandertal 1600-1900. Cromañón 1590. Actual 1.360. Sorprendente ¿verdad?

Sorprende, si señor. Hace 400.000 años nuestros ancestros nos superaban en capacidad craneal. Desde entonces y hasta ahora la capacidad craneal del homo sapiens-sapiens ha ido disminuyendo. Parece ser que fue hace entre 3.000 y 5.000 años cuando al homo sapiens, ese que se encontró en África y que es el ancestro común de nosotros, la capacidad craneal comenzó a disminuirle hasta llegar a la que ahora tenemos. Los científicos no se ponen de acuerdo en cuales son las causas, lo cierto es que cuanto menos utilizamos el cerebro, menos se desarrolla este; y para que un cerebro se desarrolle tiene que ejercitarse de continuo. Según algunos científicos con la llegada de la escritura, la función del cerebro decayó, tuvo que trabajar menos que cuando la transmisión y archivo del conocimiento era oral, la escritura permitía almacenar sin necesidad de activar el cerebro. La llegada de la escritura descargó al cerebro de parte de su trabajo. Sin embargo, la escritura ha aportado mucho a la humanidad y ha enriquecido al cerebro. Y ahora, en estos tiempos de avanzadas tecnologías, el cerebro se ha dejado de utilizar en múltiples tareas que acompañaban al hecho de escribir a mano, siendo sustituido por máquinas grandes y pequeñas según la tarea a realizar. Estas han eliminado las aportaciones de la escritura a mano sin que hayan aportado nada de lo que aportó ella al desarrollo cerebral con la consiguiente pérdida de actividad de ciertas áreas del cerebro.

La actividad de escribir a mano activa tres regiones del cerebro: el área motora, el área visual y el área cognitiva.

Antes de la llegada del ordenador, móviles, Internet con sus Whatsapp y los emails, siempre nos acompañaban un papel y un bolígrafo en nuestros bolsillos para tomar notas. La escritura a mano es una actividad que reporta beneficios para nuestro cerebro, para nuestra mente. Es particularmente importante para los niños el escribir a mano porque desarrolla la motricidad fina, la memoria prospectiva del trabajo y estimula más el cerebro. No queda ahí la cosa, la escritura a mano es un gran canalizador emocional, nos ayuda a la creatividad y organización de ideas. Nos ayuda a estimular la memoria, la planificación, la flexibilidad, estimulando diversas funciones ejecutivas. Existen otras funciones derivadas del uso de las nuevas tecnologías como que al tener aparatos de almacenaje de datos que llevamos siempre con nosotros, no necesitamos memorizar ni establecer reglas nemotécnicas; el almacén de la memoria está dentro de nuestro móvil lo que, unido a lo ya mencionado, libera al cerebro de realizar esas funciones primordiales para mantenerlo activo y fresco. Pero no solo en estas funciones que podemos llamar “de trazo fino”, sino en trabajos, actividades y funciones más de “trazo gordo”, por ejemplo, conducir un coche. Al cerebro se le ha dejado de lado pues estamos a punto de que el conducir, que necesita de todo un conjunto de funciones cerebrales muy importantes, se limite a entrar en el coche, dar la orden de arrancar y señalizar la ruta. El coche hará el trayecto mientras nosotros y nuestros cerebros permanecemos inactivos, a lo sumo, escuchando música o viendo el partido en el monitor “ad hoc”.

Todo lo descrito puede sonar a guasa, pero lo cierto es que la ciencia ha demostrado que el Australopithecus empezó a andar con una capacidad craneal de 580 c c y que, ante los retos que tuvo que vencer a lo largo de los siglos, su cerebro se fue agrandando en capacidad y en conocimiento hasta llegar en el homo Neandertalensis a una capacidad de 1900 c c, para poco después iniciar la decadencia hasta nuestros días en los que, nosotros, homo sapiens-sapiens tenemos una capacidad de 1350 c c de la cual – esto es una apreciación mía – dos tercios de esa capacidad la dedicamos al consumismo y el otro tercio a trabajar en trabajos que odiamos y a dormir, los que pueden conciliar el sueño. Y esto va en aumento porque las nuevas generaciones están siendo educadas para que alcancen en su totalidad el nuevo escalón en la evolución: “el homo consumus”

Es por todo lo descrito por lo que llamo al hombre actual homo consumus y por lo que en la imagen de la evolución está representado como un código de barras.

MAROGA

QOSHE - «Evolución del hombre a lo largo de su historia - Manuel Del Rosal
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«Evolución del hombre a lo largo de su historia

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15.04.2024

El homo sapiens, el más moderno desde el Australopithecus, apareció en África hace 200.000 años, concretamente al sur del río Zambeze, según la revista Nature. Nosotros pertenecemos a esa especie, pero caminamos a pasos agigantados hacia una nueva evolución a la que podemos llamar homo consumus. Veamos

Capacidad craneal a lo largo de la evolución: Ausstralopithecus 580cc. Habilis 800. Erectus 1.100. Neandertal 1600-1900. Cromañón 1590. Actual 1.360. Sorprendente ¿verdad?

Sorprende, si señor. Hace 400.000 años nuestros ancestros nos superaban en capacidad craneal. Desde entonces y hasta ahora la capacidad craneal del homo sapiens-sapiens ha ido disminuyendo. Parece ser que fue hace entre 3.000 y 5.000 años cuando al homo sapiens, ese que se encontró en África y que es el ancestro común de nosotros, la capacidad craneal comenzó a disminuirle hasta llegar a la que ahora tenemos. Los científicos no se ponen de acuerdo en cuales son las causas, lo cierto es que cuanto menos utilizamos el cerebro, menos se desarrolla este; y para que un cerebro se desarrolle tiene que ejercitarse de continuo. Según algunos científicos con la llegada de la escritura, la función........

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