El genial pintor francés Henry Matisse, 1869-1954, descubrió su talento mientras se recuperaba de una apendicitis. De hecho, no tenía experiencia artística, pero se dedicó a estudiar y decidió triunfar en el arte. Ingresó a la Escuela de Bellas Artes, y en 1905 causó un gran revuelo con sus novedosas pinturas. No era amigo de recrearse en lo negativo y afirmó: “Con mi pintura quiero despertar placer”.

Era un revolucionario y por eso trabajó también con recortes de papel y con vidrieras. Su estancia en Haití influyó mucho en su arte, vivió 83 años, e incluso en su vejez seguía innovando. Saber vivir es ser flexible como él, creativo y capaz de superar moldes estrechos y creencias limitantes. Un ser exitoso no se limita a adaptarse al cambio, lo anticipa o es agente de cambio.

Saber vivir es imitar al filósofo francés René Descartes, 1596-1650, que actuó con sabiduría cuando eligió aplicar una duda metódica. Era consciente de que la percepción que tenemos de la realidad está condicionada por muchos factores. Los sentidos nos engañan, las creencias nos encasillan y es bueno dudar para estar más cerca de la verdad. Para Descartes la única creencia segura era “pienso, luego existo”, o sea que su existencia era incuestionable.

Su filosofía era racional y por eso nunca dijo: “siento, luego existo” o “amo, luego existo”. ¿Eres muy racional” ¿Piensas mucho y sientes poco? Ojalá te guíes por la cabeza y por el corazón para tener equilibrio. Los sabios aseguran que es mejor seguir lo que nos dice el corazón, sin dejar la mente de lado. Tú puedes esperar lo mejor si actúas con un “corazón inteligente”. Si piensas, existes, si amas eres feliz.

300 años antes de Cristo los filósofos estoicos ya tenían claro que la virtud era el sendero hacia la felicidad. Incluso habían comprobado que una persona honesta y amorosa podía ser feliz estando enferma o con carencias. Los estoicos descubrieron que toda emoción dependía de alguna creencia que la condicionaba.

En otras palabras, que el sufrimiento no dependía de la realidad, sino de las creencias mentales, de la no aceptación. Una enfermedad, para ellos no era mala, pero el que así la veía sufría debido a su resistencia o su rabia. Es bueno recordar a estos pioneros del pensamiento y de la conducta humana.

El Estoicismo ejerció un gran influjo en la antigüedad y uno de sus mejores exponentes fue el emperador filósofo Marco Aurelio, 121-180 d.C. Su visión de la vida sigue vigente, y sabes vivir si eres virtuoso, amoroso, y asumes todo serenamente.

Sabiduría de Marco Aurelio:

1. Realiza cada acción como si fuera la última de tu vida.

2. No malgastes energía en quejas y juicios que te impiden ser feliz.

3. Tienes poder sobre tu mente, no sobre la realidad.

Sé consciente de eso y tendrás paz.

GONZALO GALLO GONZÁLEZ
Escritor y conferencista