La anhelada paz del mundo, la que el papa Francisco tanto suplica, no aparece en el panorama de este nuevo año.

Junto a la guerra entre Israel y Hamás en la franja de Gaza, que acumula miles de muertos desde el 7 de octubre, y la invasión rusa de Ucrania, que cumplirá dos años en febrero de 2024, en este momento se viven conflictos armados en Burkina Faso, Etiopía, Somalia, Sudán, Yemen, Myanmar, Nigeria y Siria y varios enfrentamientos entre ejércitos regulares y facciones rebeldes.

Así como casos de terrible violencia política y abuso de derechos humanos como los de Nicaragua y Venezuela, o las masacres diarias en Colombia contra líderes sociales, nuestros soldados y policías, o las venganzas entre bandas de narcotraficantes, similares a las que ocurren en México. También hay amenazas permanentes de invasión a Taiwán por China, así como tensiones entre este país y Estados Unidos, o las locuras del líder de Norcorea.

El mar rojo es también una chispa fácil de encender con riesgo para el transporte de mercancías y la economía mundial. Por doquier el mundo es un polvorín.

La guerra de Yemen lleva ocho años y la violencia ha alterado la vida de millones de personas, provocando desplazamientos internos, migraciones y muertes.

Casi 20 millones de yemeníes han requerido ayuda humanitaria. Es una guerra civil que es parte de la Guerra Fría entre Irán y Arabia Saudita por la hegemonía en el oriente. La de Siria se perfila como un enfrentamiento entre el ejército del gobierno y facciones armadas.

Por las diferentes guerras 110 millones de personas en todo el mundo se han visto obligadas a huir de sus hogares, desplazadas por la fuerza, según datos de Acnur. En el trasfondo las causas principales de las guerras son los traficantes de armas y los productores de éstas, que están protegidos en varios países, pues uno de los negocios más rentables.

Esos criminales no son perseguidos como los narcotraficantes a pesar de que sus negocios causan muertes de inocentes y dejan todo tipo de víctimas.

Este negocio no es rechazado en general, ni objeto de regulación la venta de armas a los gobiernos legítimos que deberían ser los poseedores del control de la fuerza.

Su negocio de mercaderes de la muerte ha promovido las guerrillas terroristas y asesinas de miles de países, incluido el nuestro, provocando hambrunas, desplazamientos, migraciones masivas y por tanto el rechazo a los migrantes. Y las causas sociales que dan origen a conflictos son las intolerancias, la lucha por la posesión de la tierra, los recursos y los intereses económicos.

Las amenazas a la soberanía, el expansionismo, el equilibrio de poderes, las hegemonías en las regiones. Las ideologías políticas y religiosas.

Si no hay justicia y equidad no habrá paz, pero si el negocio de las armas no se regula tampoco la habrá.

MARÍA SOL NAVIA V.
Exministra

QOSHE - Nuevo año con múltiples guerras - María Sol Navia V
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Nuevo año con múltiples guerras

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12.01.2024

La anhelada paz del mundo, la que el papa Francisco tanto suplica, no aparece en el panorama de este nuevo año.

Junto a la guerra entre Israel y Hamás en la franja de Gaza, que acumula miles de muertos desde el 7 de octubre, y la invasión rusa de Ucrania, que cumplirá dos años en febrero de 2024, en este momento se viven conflictos armados en Burkina Faso, Etiopía, Somalia, Sudán, Yemen, Myanmar, Nigeria y Siria y varios enfrentamientos entre ejércitos regulares y facciones rebeldes.

Así como casos de terrible violencia política y abuso de derechos humanos como los de Nicaragua y Venezuela, o las masacres diarias en Colombia contra líderes sociales, nuestros soldados y policías, o las venganzas entre bandas........

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