En mi columna de la semana anterior mostré que el uso del petróleo y el gas va a seguir creciendo por lo menos hasta el año 2050, lo que suscitó dos tipos de comentarios de mis pacientes lectores: uno sobre la comparación con otras proyecciones que muestran un menor crecimiento de los hidrocarburos; otro sobre cuál debe ser la política petrolera de Colombia ante estas perspectivas.

Como dice el dicho que es muy difícil hacer predicciones, sobre todo acerca del futuro, existen varios escenarios con diferencias significativas de lo que puede ser la demanda de hidrocarburos en las próximas décadas.

Todos coinciden en un crecimiento acelerado de la oferta de energías renovables, pero con una gran divergencia en el pronóstico de la demanda mundial de energía.

Así, mientras la oficina de Administración de Información de Energía (EIA) de Estados Unidos proyecta que la demanda total de energías va a crecer 34% hasta el 2050, la Agencia Internacional de Energía (IEA) estima que con las políticas actuales va a ser solo de 21%. Tamaña diferencia explica porque para la EIA el uso del petróleo y del gas va a seguir aumentando hasta 2050, mientras que para la IEA solo lo hará hasta mediados de la década de 2030.

Sin ser experto en el tema me parece que son sólidas las tres razones que da la EIA: el crecimiento poblacional, el mayor uso de energía en los países pobres y de ingreso medio y el incremento explosivo de los centros de datos y la inteligencia artificial (IA).

Dos argumentos adicionales. Uno, aún en la mismas proyecciones de la IEA el uso del petróleo y del gas en el 2050 será similar al del 2023. Dos, aunque el crecimiento de la demanda de energía fuera menor, lo que esto implicaría sería un menor uso del carbón, de manera que el uso del petróleo y el gas no se reduciría.

Las implicaciones para la política de transición energética en Colombia son claras: primera, como se trata de una transición energética justa, nosotros tenemos que aumentar la oferta de energías para que puedan tener acceso a electricidad y a medios de transporte los millones de colombianos que hoy no lo tienen. Por supuesto hay que hacerlo con fuentes de energía limpias, pero es indispensable utilizar también el gas.

Segunda, si el resto de mundo va a continuar utilizando petróleo y gas, Colombia tiene que seguir explorando y produciendo; no tiene ningún sentido que nosotros dejemos de producir el mínimo 0,7% de la oferta mundial de petróleo, para que este sea reemplazado por otros productores sin ningún beneficio para el planeta.

Tercero, debemos aumentar la exploración y producción de gas natural para nuestro consumo y la exportación, y prepararnos para la caída de las exportaciones de carbón, que han llegado a ser más de US$10.000 millones, porque el consumo mundial de este combustible si va a disminuir en todos los escenarios.

Mauricio Cabrera Galvis
Consultor privado

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Colombia y el futuro del petróleo

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15.04.2024

En mi columna de la semana anterior mostré que el uso del petróleo y el gas va a seguir creciendo por lo menos hasta el año 2050, lo que suscitó dos tipos de comentarios de mis pacientes lectores: uno sobre la comparación con otras proyecciones que muestran un menor crecimiento de los hidrocarburos; otro sobre cuál debe ser la política petrolera de Colombia ante estas perspectivas.

Como dice el dicho que es muy difícil hacer predicciones, sobre todo acerca del futuro, existen varios escenarios con diferencias significativas de lo que puede ser la demanda de hidrocarburos en las próximas décadas.

Todos coinciden en un crecimiento acelerado de la oferta de energías renovables, pero con una gran divergencia en el........

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