La noticia de que Colombia va camino a una recesión es preocupante. Pero más preocupante es la reacción del Gobierno ante la noticia del desempeño negativo del Producto Interno Bruto en el tercer trimestre del año.

La cifra no es buena porque confirma una serie de otros indicadores como los resultados decepcionantes de la industria (-1,8%), la construcción (-8%), el comercio minorista (-6,6%), las exportaciones (-15,4%), la inversión nacional (-33,5%) y la inversión extranjera directa (-4,7%) que advertían y anticipaban la tendencia del PIB (-0,3%).

El país necesita reactivar su economía y en especial la demanda agregada que se muestra muy debilitada. La buena noticia es que el Gobierno tiene a su disposición los recursos de la generosa reforma tributaria aprobada el año pasado y el margen de maniobra suficiente en materia de gasto pues su nivel de ejecución es muy poco satisfactorio.

Por ello no se entiende que la reacción del Gobierno haya sido la de culpar al Banco de la República señalando que las tasas de interés son las responsables de los malos resultados en materia de crecimiento. Claro es que el objeto del Emisor es frenar la inflación que muestra señales de resistencia.

La correcta decisión del Gobierno de aumentar el precio de los combustibles explica una parte del problema que esta administración heredó del Gobierno anterior. Pero las tasas de interés no pueden bajar mientras no esté claro que la tendencia inflacionaria está consolidada a la baja. Con inflación elevada el crecimiento seguirá sufriendo.

Tampoco es responsable la regla fiscal de lo que sucede en el PIB. El Gobierno podría gastar más sin endeudarse y sin comprometer los objetivos fiscales. El problema es de eficiencia, algo que no ha sido prioritario al momento de escoger a los directivos de varias de las entidades públicas. Muchos de ellos están más preocupados por la ideología que por la administración pública y no cuentan con la experiencia y capacidad necesaria para gerenciar.

No ayuda el manejo de la comunicación ni las declaraciones de los ministros que creen que lo que dicen de forma irresponsable no compromete al Estado.
Tampoco sirve el evidente deterioro de la situación de seguridad frente a la cual el Gobierno parece pasivo y distante.

Los secuestros han aumentado un 80 por ciento este año. Si el Gobierno quisiera recuperar apoyo popular cambiaría al inepto Ministro de Defensa y buscaría alguien que conozca del tema. No ayuda el mensaje contra el sistema judicial y contra los empresarios.

En su empeño por encontrar culpables, el Gobierno no acepta que muchas de las heridas son auto- infligidas.

***
Coletilla: el proyecto de ley que busca coartar la libertad de expresión en los temas de paz, confirma que la mentalidad estaliniana todavía persiste en la izquierda colombiana.

Miguel Gómez Martínez

Decano de Economía
Universidad del Rosario
migomahu@gmail.com

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Heridas auto- infligidas

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22.11.2023

La noticia de que Colombia va camino a una recesión es preocupante. Pero más preocupante es la reacción del Gobierno ante la noticia del desempeño negativo del Producto Interno Bruto en el tercer trimestre del año.

La cifra no es buena porque confirma una serie de otros indicadores como los resultados decepcionantes de la industria (-1,8%), la construcción (-8%), el comercio minorista (-6,6%), las exportaciones (-15,4%), la inversión nacional (-33,5%) y la inversión extranjera directa (-4,7%) que advertían y anticipaban la tendencia del PIB (-0,3%).

El país necesita reactivar su economía y en especial la demanda agregada que se muestra muy debilitada. La buena noticia es que el Gobierno tiene a su disposición los recursos........

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