El ejemplo más tangible de la destrucción causada por los impenitentes aguaceros está en el distrito popular de Mathare donde cientos de personas engrosaron la relación de 60 mil seres humanos que perdieron sus humildes posesiones y ahora son refugiados internos.
Lo peor es que el futuro, al menos inmediato, carece de esperanza ya que el servicio meteorológico pronostica la continuación de los aguaceros por un lapso indeterminado de tiempo.
En tanto, las autoridades recurrieron a medidas extremas, entre ellas la suspensión del servicio de ferrocarriles y el cierre de carreteras anegadas, entre ellas la más importante la que une esta capital con la ciudad portuaria de Mombasa (sureste), vital eje comercial para este país y otros estados de la región.
En contraste con las precipitaciones inmisericordes que afectan a estados del este y el sur africano, en Zimbabwe, localizado en el mediodía del continente, el gobierno declaró el estado de emergencia nacional por la sequía meteorológica que amenaza la seguridad alimentaria de la población.
mem/msl
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