Con este recorrido histórico pretendemos demostrar los derechos legítimos que tiene y ha tenido Venezuela sobre el territorio Esequibo, considerando la tradición como herederos de los derechos cedidos por la corona española.
Uno de los hitos históricos más importante para Venezuela fue el tratado de Tordesillas suscrito por los Reyes Católicos de España y Don Juan de Portugal el día 7 de junio de 1494, una línea que abrazara los polos y debía pasar por un sitio distante 370 leguas de la isla de Cabo Verde, para dividir los dominios de ambos soberanos sobre las islas y tierras firmes que descubrieran de allí en adelante, al este para los lusitanos y al oeste para los castellanos… (Cartografía antigua de Guayana 2000. p.34).
De la afirmación anterior se observa que ni Holanda ni Inglaterra, estaban incluidas en esa distribución geográfica entre España y Portugal, lo que reafirma el dominio que España tenía sobre el territorio venezolano incluyendo la margen izquierda del río Esequibo. Esto es importante comprenderlo para demostrar el control que históricamente ha tenido Venezuela en este territorio.
Considerando la repartición geográfica que estos dos países habían hecho de la distribución del mundo, es que España inicia su proceso de penetración y conquista en nuestro territorio venezolano. Es importante no olvidar que ya antes el papa Alejandro VI a través de su (bula Inter Caetera, 1493) había asignado estos territorios a Portugal y España. Los mapas ilustran claramente esta repartición territorial.
El proceso de conquista de Guayana tiene que verse, a la luz de cuáles eran las exigencias que España tenía para esa época, sólo así se puede entender la presencia de los conquistadores y colonizadores durante el siglo XVI en esta región.
En este sentido Donís (1997) señala: “La corona Española se planteó responder tres problemas: la comprobación del valor de las numerosas tierras; La necesidad de desconcentrar de las manos de Colón unas extensiones de tierra cada vez mayores y que no podían ser detentadas por una sola persona, y las búsquedas del paso hacia las especies asiáticas, objetivo inicial de los viajes atlánticos” (Pág. 1) Lo señalado en esta cita demuestra que Guayana como territorio no estaba lejos de la planificación que tenia España para estas tierras.
Es importante señalar que la expedición de Alonso de Ojeda tiene un papel fundamental en el conocimiento de la Guayana profunda puesto que para el año 1499 entra en contacto directo con el Esequibo. Esto se reafirma con lo planteado por Ojer cuando señala “Es decir que para cuando llegó Ojeda a Paria ya había avistado 200 leguas de costa, o sea toda la Guayana desde el Oyapoco…” (p.18)
Este recorrido hace pensar que Ojeda avistó primeramente la Guayana Francesa por lo que no hay lugar a duda que desde esa época ya España tenia control de esta área geográfica.
Al respecto Donis afirma “Sin lugar a dudas, los navíos de Ojeda descubren las costas Guayanesas, incluida la desembocadura del Esequibo, correspondiéndole por lo tanto a España los legítimos títulos de descubrimiento y posesión de dichas tierras, acto representado en el mapa mediante las banderolas de Castilla asentadas a lo largo de la costa” (p.17)
Alonso de Ojeda junto a Américo Vespucio y Juan de Esquivel tenían como objetivo llegar al Golfo de Paria, sin embargo en su trayecto fueron tomando posesión en nombre del reino de España de varios territorios de la Guayana incluyendo el Esequibo.
Vegamian al respecto señala “…por su parte este, con sus citados acompañantes, siguió rumbo norte y noroeste, desde la boca del Marañon…tocó tierras en las actuales Guayanas, avistó los ríos Esequibo y Orinoco, de quienes dicen que tornan dulce el agua del mar.”(p. 51)
Lo dicho anteriormente se reafirma con el papel de Juan de Esquivel como la persona que descubre el río Esequibo y por el cual lleva su nombre, tal como lo señala Vegamian “Justo es, asimismo, hacer resaltar lo antedicho sobre el descubrimiento e inspección del río Esequibo, obra ésta del Capitan Juan de Esquivel, quien mereció que el «hermano del Orinoco» llevara su nombre.” (p.52)
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Con este recorrido histórico pretendemos demostrar los derechos legítimos que tiene y ha tenido Venezuela sobre el territorio Esequibo, considerando la tradición como herederos de los derechos cedidos por la corona española.
Uno de los hitos históricos más importante para Venezuela fue el tratado de Tordesillas suscrito por los Reyes Católicos de España y Don Juan de Portugal el día 7 de junio de 1494, una línea que abrazara los polos y debía pasar por un sitio distante 370 leguas de la isla de Cabo Verde, para dividir los dominios de ambos soberanos sobre las islas y tierras firmes que descubrieran de allí en adelante, al este para los lusitanos y al oeste para los castellanos… (Cartografía antigua de Guayana 2000. p.34).
De la afirmación anterior se observa que ni Holanda ni Inglaterra, estaban incluidas en esa distribución geográfica entre España y Portugal, lo que reafirma el dominio que España tenía sobre el territorio venezolano incluyendo la margen izquierda del río Esequibo. Esto es importante comprenderlo para demostrar el control que históricamente ha tenido Venezuela en este territorio.
Considerando la repartición geográfica que estos dos países habían hecho de la distribución del mundo, es que España inicia su proceso de penetración y conquista en nuestro territorio venezolano. Es importante no olvidar que ya antes el papa Alejandro VI a través de su (bula Inter Caetera, 1493) había asignado estos territorios a Portugal y España. Los mapas ilustran claramente esta repartición territorial.
El proceso de conquista de Guayana tiene que verse, a la luz de cuáles eran las exigencias que España tenía para esa época, sólo así se puede entender la presencia de los conquistadores y colonizadores durante el siglo XVI en esta región.
En este sentido Donís (1997) señala: “La corona Española se planteó responder tres problemas: la comprobación del valor de las numerosas tierras; La necesidad de desconcentrar de las manos de Colón unas extensiones de tierra cada vez mayores y que no podían ser detentadas por una sola persona, y las búsquedas del paso hacia las especies asiáticas, objetivo inicial de los viajes atlánticos” (Pág. 1) Lo señalado en esta cita demuestra que Guayana como territorio no estaba lejos de la planificación que tenia España para estas tierras.
Es importante señalar que la expedición de Alonso de Ojeda tiene un papel fundamental en el conocimiento de la Guayana profunda puesto que para el año 1499 entra en contacto directo con el Esequibo. Esto se reafirma con lo planteado por Ojer cuando señala “Es decir que para cuando llegó Ojeda a Paria ya había avistado 200 leguas de costa, o sea toda la Guayana desde el Oyapoco…” (p.18)
Este recorrido hace pensar que Ojeda avistó primeramente la Guayana Francesa por lo que no hay lugar a duda que desde esa época ya España tenia control de esta área geográfica.
Al respecto Donis afirma “Sin lugar a dudas, los navíos de Ojeda descubren las costas Guayanesas, incluida la desembocadura del Esequibo, correspondiéndole por lo tanto a España los legítimos títulos de descubrimiento y posesión de dichas tierras, acto representado en el mapa mediante las banderolas de Castilla asentadas a lo largo de la costa” (p.17)
Alonso de Ojeda junto a Américo Vespucio y Juan de Esquivel tenían como objetivo llegar al Golfo de Paria, sin embargo en su trayecto fueron tomando posesión en nombre del reino de España de varios territorios de la Guayana incluyendo el Esequibo.
Vegamian al respecto señala “…por su parte este, con sus citados acompañantes, siguió rumbo norte y noroeste, desde la boca del Marañon…tocó tierras en las actuales Guayanas, avistó los ríos Esequibo y Orinoco, de quienes dicen que tornan dulce el agua del mar.”(p. 51)
Lo dicho anteriormente se reafirma con el papel de Juan de Esquivel como la persona que descubre el río Esequibo y por el cual lleva su nombre, tal como lo señala Vegamian “Justo es, asimismo, hacer resaltar lo antedicho sobre el descubrimiento e inspección del río Esequibo, obra ésta del Capitan Juan de Esquivel, quien mereció que el «hermano del Orinoco» llevara su nombre.” (p.52)
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