Mientras andamos distraídos, averiguando a qué hora los helicópteros empiezan a transportar agua para apagar incendios a lo ancho del país, o indignándonos por los nombramientos por parte del gobierno central, en donde cuando no se modifican los requisitos para facilitarle la vida a un candidato se hacen gestiones para que no se condene a aquellos nombrados que irrespetaron las leyes, otro fenómeno mucho más peligroso está profundizándose en las regiones.

No se trata de los viajes del presidente, la primera dama o las comitivas estatales, ni del enfriamiento de la economía, que poco a poco sufre las consecuencias de la falta de gestión, ni de los gastos desproporcionados de funcionarios ni de los desplantes del presidente: se trata de su programa bandera, aquel con el cual se hizo elegir, la esperada paz total.

Tal como ocurrió en el mandato de Andrés Pastrana en el cambio de siglo, los ceses al fuego de parte de la fuerza pública han hecho, de acuerdo con el reciente informe del Sistema de Alertas Tempranas de la Defensoría del Pueblo, que la presencia de la guerrilla pase de 230 municipios en 2022 a 299 en el 2023, un incremento importante del 30%. Paralelamente, las estructuras criminales del Clan del Golfo pasaron de 253 a 392 municipios, un aumento de más del 50%.

Esta aumento en presencia tiene consecuencias. Los confinamientos en Colombia por los combates entre grupos armados ilegales que luchan por el control territorial de zonas estratégicas para el narcotráfico y la minería ilegal aumentaron un 63% en el 2023 frente al año previo y los desplazamientos subieron un 7%. Todo esto golpea significativamente la calidad de vida de aquellos que viven en esos municipios, que por lo general alojan a la población más pobre.

Así mismo, con mayor presencia de grupos ilegales se incrementa la informalidad en la generación de ingresos en el país, lo cual golpea las finanzas estatales, generando aún más impuestos en el sector formal y en los habitantes de las ciudades. En otras palabras, tanto desde la óptica de la gente del común como desde la de los que pagamos impuestos, el país evoluciona hacia aquellos tiempos pasados donde la guerrilla llegó, bajo el lamentable gobierno Samper, a las goteras de los principales centros poblados.

Lo preocupante de esta situación es que, a diferencia de los demás desaciertos del gobierno, este sí que no tiene solución en el corto plazo. En el pasado, hizo falta un Plan Colombia de más de 500 millones de dólares anuales, equivalentes a más de 850 millones de dólares de hoy, es decir, más de 3 billones de pesos.

El auge de los grupos al margen de la ley tiene un impacto principalmente en los males más decadentes de la sociedad. Con ellos crece la violencia, los asesinatos, los secuestros y en general la libertad. Libertad de los habitantes de los municipios de vivir una vida en paz en la que logren sus objetivos, libertad de producir y criar a sus hijos sin que sean reclutados, libertad de los colombianos de moverse por todo el país.

La solución a los problemas que estallaron en el gobierno Samper tardó varios años e implicó un esfuerzo mayor de todos los colombianos, que sufrieron desde lo político, lo social y lo económico. El país sufrió una recesión sin precedentes, los bancos tuvieron que ser rescatados y los precios de la finca raíz cayeron abismalmente. Solo un esfuerzo sostenido de más de diez años le devolvió al Estado el control, aunque precario, del territorio.

Con la filosofía actual, desde el Ministerio de Defensa no se ve que el control del Estado sobre el territorio nacional mejore. De seguir así, en el futuro, los esfuerzos para tener un país en paz tendrán que ser aún más intensos que los de principio de siglo.

QOSHE - El riesgo más grande actual - Marc Eichmann
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El riesgo más grande actual

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30.01.2024

Mientras andamos distraídos, averiguando a qué hora los helicópteros empiezan a transportar agua para apagar incendios a lo ancho del país, o indignándonos por los nombramientos por parte del gobierno central, en donde cuando no se modifican los requisitos para facilitarle la vida a un candidato se hacen gestiones para que no se condene a aquellos nombrados que irrespetaron las leyes, otro fenómeno mucho más peligroso está profundizándose en las regiones.

No se trata de los viajes del presidente, la primera dama o las comitivas estatales, ni del enfriamiento de la economía, que poco a poco sufre las consecuencias de la falta de gestión, ni de los gastos desproporcionados de funcionarios ni de los desplantes del presidente: se trata de su programa bandera, aquel con el cual se hizo elegir, la esperada paz total.

Tal como ocurrió en el mandato de Andrés Pastrana en el cambio de siglo, los ceses al fuego de parte de la........

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