5 Ene, 2024 | Escribir y describir estas fechas inmejorables a las nuevas generaciones es algo muy importante para mí, ya que fui testigo de excepción de ellas.
En primer lugar debo decir algunas cosas importantes: Estábamos viviendo una dictadura oprobiosa en la que para mantenerse en el poder, realizaron hechos que a partir del 30 de noviembre de 1952, para ser más exactos, desconocieron el triunfo del partido URD, encabezado por su líder el maestro Jóvito Villalba. Realmente no fueron elecciones presidenciales, sino una elección para nombrar una Constituyente y poder modificar la de 1947 y de esta forma evadir las elecciones directas y secretas pautadas en ella y poner en vigencia las de segundo grado, o sea, que fuese nombrado por el Congreso Nacional y siendo esta la razón de fondo se convoco a los partidos que se encontraban legales URD, COPEI y EL FEI (PARTIDO DEL Gobierno). El dictador lanza el guante electoral y el maestro lo recoge y emprende una campaña sin recursos, pero con una convicción firme y decidida, LOGRANDO A TRAVES DE LA UNIDAD POR LAS BASES un triunfo arrollador, pero el dictador no lo reconoció y mando al maestro al exilio junto con sus compañeros de partido.
Este fue el gran error del dictador, ya que seis años después fue derrotado estrepitosamente al funcionar de nuevo LA UNIDAD POR LA BASE logrando desterrar al dictador y crear a través del Pacto de Punto Fijo nuestra Democracia durante 45 años.
Ya que estos tres mosqueteros: Jóvito, Rómulo y Rafael además de D’Artagnan Gustavo Machado del PCV, se encargaron de divulgar en las Antillas y en los países que visitaban, la dictadura existente en Venezuela, distribuyendo el LIBRO NEGRO de la dictadura escrito por el Secretario General de AD, el Dr. Leonardo Ruiz Pineda quien fue ASESINADO en un pasaje de la Parroquia San Agustín en Caracas, el 21 de octubre de 1952. Pues bien, el Libro Negro es el testimonio del esfuerzo realizado por un equipo capitaneado por Leonardo y el Editor José Agustín Catalá en plena resistencia, marcando el camino de la denuncia al mundo de lo que pasaba en nuestro país y fue el precio que tuvo que pagar, su muerte, siendo el más horrendo crimen político nacional realizado por esa dictadura a uno de los conductores de la resistencia civil más capaces en ese momento histórico que vivíamos. No recuerda la historia nacional un solo caso de crimen cometido con tan feroz ensañamiento y más baja cobardía, que un opositor político civil haya tenido en nuestro país.
Este libro que le dio la vuelta al mundo de esa época y que fue traducido en varios idiomas, sirvió de base para demostrar lo que ocurría en Venezuela, sumado a las declaraciones, conferencias y artículos realizados por estos mosqueteros de la Democracia.
De esta forma se fue tejiendo LA UNIDAD encabezada de nuevo por el maestro Villalba dando origen a LA JUNTA PATRIOTICA con Amílcar Gómez a la cabeza, sustituyéndolo Fabricio Ojeda cuando Amílcar fue detenido. Pero la lucha y la organización continuo su funcionamiento hasta lograr tejerla de una forma donde estaban presentes los civiles, militares, estudiantes, clero, comerciantes, en fin, todos los gremios que conforman la sociedad civil, quienes comprendieron la importancia de esa UNIDAD POR LA BASE.
El manifiesto de los intelectuales fue el primero en aparecer, luego surgieron los siguientes como hijuelos robustos de una limpia semilla. El manifiesto de las madres posee un valor singular por las cuatrocientas firmas que lo colman ya que no hubo tiempo para mas, aunque todas estaban dispuestas, es un hermoso documento que la historia mirará con un atento y constante cariño pues las madres son también, por santa paradoja, las mayores energías latentes con que cuenta el rigor y la severidad ética de un país. La historia nos da prueba de cómo este apacible, sigiloso y dorado granero se alza como un incendio para serrar el paso a los esbirros corrompidos, oportunistas y tiranos.
”HACEMOS UN LLAMADO PATRIOTICO A LA CIUDADANIA” Dichas palabras eran recogidas, leídas, comentadas y gritadas entre madreselvas y geranios.
La Junta Patriótica realizó un gran trabajo y trazó la estrategia para la insurrección entre civiles y militares con el apoyo estudiantil y, en lo que a mí respecta, me incorporé a La Resistencia una vez que abandoné la Escuela Básica al pedir mi baja a fines del 56, primero como mensajero de la Dirección General Regional de Caracas en AD, de esta forma conocí a muchos dirigentes de la organización, Guido Acuña, el Poeta Muñoz, Salón Meza Espinoza, el Arquitecto Cruz Fernández, Celso Fortoul, quien más tarde se convierte en mi cuñado casado con mi hermana mayor y Simón Sáez Mérida, quien fue el último Secretario General del Partido AD en La Resistencia, luego me incorporé a la Dirección Regional de AD en la Parroquia Candelaria, junto a Plutarco Linares y Julio Cabello, entre otros, como encargado militar por mi experiencia en el Liceo Militar Jáuregui de la Grita y luego estudiante en la Escuela Básica que en sus comienzo funciono en la Escuela Militar de Caracas.
Comenzamos la lucha con escaramuzas contra la Policía en La Charneca y Hornos de Cal en San Agustín y en algunos momentos contra la Seguridad Nacional. Realizamos en el comando de la UCV tareas como: Mítines relámpagos y repartición de panfletos de la Junta Patriótica, en fin, preparándonos para la huelga general planificada para el 21 de enero. Pues bien la suerte estaba echada.
La Junta Patriótica acordó intensificar las acciones populares contra la dictadura. Casi a diario se celebraban mítines y manifestaciones relámpagos a las puertas de Iglesias y en los Cines. En los barrios intensificamos los tiroteos contra la Policía de Nieto Bastos y emboscamos a los agentes de la SN de Pedro Estrada. El día de la huelga me ocurrió un inconveniente, yo tenía mi primer carro, un Mercury del año 1949 de dos puertas, con un buen motor de ocho cilindros en V y lo utilicé para trasportar personas a la concentración en El Silencio, manejando por la Avenida Urdaneta dejándolas en la ESQUINA DE SANTA CAPILLA, pero bajando la Avenida me tranco una patrulla de la policía, golpeándome por un costado, la puerta se abrió y me sacaron a punta de peinilla, fue una planazón la que me dieron y me cortaron por un lado el brazo derecho, de repente alguien de los apartamentos realizó un disparo y los policías corrieron a buscar los maeses, en ese momento pensé que si me quedaba allí me mataban y como el carro estaba prendido, brinque dentro de él y arranque llevándome la patrulla y sosteniendo con el brazo izquierdo la puerta. Oí los disparos pero no me pare hasta Los Cedros donde vivía mi madre que era Enfermera, me examino todo el cuerpo para ver si tenía algún disparo, menos mal que no lo tuve.
El 22 de enero se unieron el pueblo y las Fuerzas Armadas poniéndole punto final a la Dictadura oprobiosa de Marcos Evangelista Pérez Jiménez y La Junta Patriótica visitó a Miraflores. Ahí nace otra historia.
UNIDAD, UNIDAD, UNIDAD POR LA BASE.
Del 1° al 23 enero de 1958
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06.01.2024
5 Ene, 2024 | Escribir y describir estas fechas inmejorables a las nuevas generaciones es algo muy importante para mí, ya que fui testigo de excepción de ellas.
En primer lugar debo decir algunas cosas importantes: Estábamos viviendo una dictadura oprobiosa en la que para mantenerse en el poder, realizaron hechos que a partir del 30 de noviembre de 1952, para ser más exactos, desconocieron el triunfo del partido URD, encabezado por su líder el maestro Jóvito Villalba. Realmente no fueron elecciones presidenciales, sino una elección para nombrar una Constituyente y poder modificar la de 1947 y de esta forma evadir las elecciones directas y secretas pautadas en ella y poner en vigencia las de segundo grado, o sea, que fuese nombrado por el Congreso Nacional y siendo esta la razón de fondo se convoco a los partidos que se encontraban legales URD, COPEI y EL FEI (PARTIDO DEL Gobierno). El dictador lanza el guante electoral y el maestro lo recoge y emprende una campaña sin recursos, pero con una convicción firme y decidida, LOGRANDO A TRAVES DE LA UNIDAD POR LAS BASES un triunfo arrollador, pero el dictador no lo reconoció y mando al maestro al exilio junto con sus compañeros de partido.
Este fue el gran error del dictador, ya que seis años después fue derrotado estrepitosamente al funcionar de nuevo LA UNIDAD POR LA BASE logrando desterrar al dictador y crear a través del Pacto de Punto Fijo nuestra Democracia durante 45 años.
Ya que estos tres mosqueteros: Jóvito, Rómulo y Rafael además de D’Artagnan Gustavo Machado del PCV, se encargaron de divulgar en las Antillas y en los países que visitaban, la dictadura existente en Venezuela, distribuyendo el LIBRO NEGRO de la dictadura escrito por el Secretario General de AD, el Dr. Leonardo........
© Sol de Margarita
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