11 Abr, 2024 | Desde mis tiempos de diplomático acreditado en la embajada de Venezuela en Colombia (1993-1999), escucho decir en ambos lados de la extensa frontera colombo-venezolana que “la paz de Colombia es la paz de Venezuela”, altos funcionarios de los gobiernos, académicos, dirigentes políticos y empresariales y gente del común, utilizan como “comodín” esta frase para adornar cualquier opinión.
En lo personal, siempre he pensado que la relación de Venezuela y Colombia parece un matrimonio por conveniencia, por aquello de que cuando la controversia sube de tono y las relaciones se enfrían llegando en algunos casos a rupturas circunstanciales, se produce una suerte de “divorcio sin desplazamiento”. Ni Venezuela, ni Colombia se pueden mudar de sus territorios.
Es por ello que el cuidado al máximo de las relaciones entre ambos países, debe ser prioridad de los jefes de estado de Venezuela y Colombia, además de tema principalísimo en la agenda de sus cancillerías.
Desde tiempos inmemoriales hasta nuestros días, la suerte de ambas naciones es indisoluble, el sólo hecho de que ambos pueblos reconozcan en Simón Bolívar al “padre de la patria”, habla del nivel de hermandad que históricamente se han profesado los nacionales de ambos lados de la frontera, pero como en todas las familias del mundo, siempre estará presente la rivalidad y hasta la competencia, y es deber de los “estadistas” encauzar esas diferencias.
Desde mediados del siglo pasado el fenómeno de la lucha guerrillera en el país vecino, luego del asesinato del “caudillo del pueblo” Jorge Eliecer Gaitán, el 9 de abril de 1948, afecta nuestro país.
Como la idea de estas líneas no es profundizar en este aspecto, sino más bien ubicarnos en el contexto de la situación actual, solo mencionaremos que el fenómeno de la guerrilla colombiana, la aparición en tiempos más recientes del paramilitarismo y su vinculación con el narcotráfico, llegó a ocasionar cifras exorbitantes de desplazados que ubican el número de nacionales colombianos que se arraigaron en nuestro país, sobre los siete millones de personas.
Lo cierto del asunto es que, desde hace bastante tiempo, el estado venezolano ha participado en las diferentes iniciativas de paz interna promovidas por los gobiernos colombianos, especialmente en la que se concretó con la firma de los acuerdos de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en noviembre de 2016.
Sin embargo, la difícil situación política venezolana alimentada por la exacerbada situación económica, principalmente ocasionada por las medidas coercitivas unilaterales traducidas en sanciones económicas, comerciales y petroleras contra nuestro país, han ocasionado una ola migratoria sin precedente de venezolanos, siendo uno de los destinos preferidos la vecina Colombia.
Esta situación justificó la “aparente preocupación” del ex presidente colombiano Iván Duque, quién se entrometió en la disputa política interna de nuestro país, reconoció un gobierno paralelo al del presidente constitucional Nicolás Maduro, y promovió iniciativas de derrocamiento violento de ese gobierno, ocasionando la ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos países.
Y ahora, desde que en agosto de 2022 se normalizaron las relaciones entre Venezuela y Colombia, el nuevo gobierno colombiano escogió transitar un camino constructivo, al punto de que el 25 de abril de 2023 se realizó en Bogotá, la “Conferencia Internacional sobre el Proceso Político en Venezuela”, encuentro promovido y convocado por el presidente de Colombia, Gustavo Petro, en el que participaron delegaciones de alto nivel de 19 países y la Unión Europea.
El interés de Gustavo Petro en el proceso político venezolano, no ha sido sólo de palabra, se materializó en la convocatoria a esta conferencia en la que participaron; representantes de; Alemania, Argentina, Barbados, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, España, Estados Unidos, Francia, Honduras, Italia, México, Noruega, Portugal, Reino Unido, San Vicente y las Granadinas, Sudáfrica, Turquía y el alto representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea, Josep Borrell.
Iniciativa que impulsó la reanudación de las conversaciones entre el gobierno del presidente Nicolás Maduro y los representantes de la PU, lo cual entre muchas otras cosas propició el “Acuerdo de Barbados”.
Refiero este importante antecedente para refrescar la memoria de algunos dirigentes políticos venezolanos, que atribuyen a intenciones “non sanctas”, el interés del presidente colombiano Gustavo Petro, de reunirse con factores de la oposición venezolana vinculados a la Plataforma Unitaria (PU), para examinar el proceso político venezolano de cara a las elecciones presidenciales del 28 de julio próximo.
Efectivamente, el jefe de estado colombiano, en el marco de la reciente visita realizada a nuestro país para un encuentro con su homólogo venezolano en el Palacio de Miraflores este martes 9 de abril, decidió reunirse posteriormente con el gobernador Manuel Rosales.
Inmediatamente aparecieron en las RRSS los eternos “promotores del odio” de la oposición irracional a cuestionar la iniciativa del primer mandatario colombiano, a quienes el destacado periodista y mejor amigo, Vladimir Villegas, le salió al paso en su cuenta en la red social “X” con una contundente afirmación: “Petro decide con quien se reúne. Rosales es gobernador del principal estado del país, y de paso es el candidato inscrito con más posibilidad frente a Nicolás Maduro. Los laboratorios andan inquietos”.
Por cierto, para quienes siempre le buscan “cinco patas al gato”, en la declaración conjunta, de los presidentes Petro y Maduro, está la explicación política y diplomática a la iniciativa de Gustavo Petro: “Los presidentes han reafirmado el compromiso mutuo de apoyo a la paz, estabilidad política, social y económica en ambos países, especialmente lo inherente al papel de Venezuela como garante en los procesos de diálogo entre el gobierno de la República de Colombia con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), y con el Estado Mayor Central de la FARC-EP. El presidente Nicolás Maduro expuso en detalle los avances del proceso electoral del próximo 28 de julio, al cual se han inscrito 13 candidatos de 37 organizaciones políticas, todo en acuerdo con las leyes venezolanas y en concordancia con las discusiones realizadas entre el gobierno venezolano y las oposiciones, reflejadas en los Acuerdos de Barbados y Caracas”.
Por cierto, al tiempo de terminar de escribir estas líneas, el canciller de Colombia, Luis Murillo, confirmó en un mensaje por la red social "X", que conversó con María Corina Machado, y que mantienen comunicación permanente con varios dirigentes de la oposición.

¿Ahora que harán con sus mensajes de descalificación, satanización y odio los francotiradores del teclado?

¡CASO CERRADO!

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Petro se reunió con Rosales

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12.04.2024

11 Abr, 2024 | Desde mis tiempos de diplomático acreditado en la embajada de Venezuela en Colombia (1993-1999), escucho decir en ambos lados de la extensa frontera colombo-venezolana que “la paz de Colombia es la paz de Venezuela”, altos funcionarios de los gobiernos, académicos, dirigentes políticos y empresariales y gente del común, utilizan como “comodín” esta frase para adornar cualquier opinión.
En lo personal, siempre he pensado que la relación de Venezuela y Colombia parece un matrimonio por conveniencia, por aquello de que cuando la controversia sube de tono y las relaciones se enfrían llegando en algunos casos a rupturas circunstanciales, se produce una suerte de “divorcio sin desplazamiento”. Ni Venezuela, ni Colombia se pueden mudar de sus territorios.
Es por ello que el cuidado al máximo de las relaciones entre ambos países, debe ser prioridad de los jefes de estado de Venezuela y Colombia, además de tema principalísimo en la agenda de sus cancillerías.
Desde tiempos inmemoriales hasta nuestros días, la suerte de ambas naciones es indisoluble, el sólo hecho de que ambos pueblos reconozcan en Simón Bolívar al “padre de la patria”, habla del nivel de hermandad que históricamente se han profesado los nacionales de ambos lados de la frontera, pero como en todas las familias del mundo, siempre estará presente la rivalidad y hasta la competencia, y es deber de los “estadistas” encauzar esas diferencias.
Desde mediados del siglo pasado el fenómeno de la lucha guerrillera en el país vecino, luego del asesinato del “caudillo del pueblo” Jorge Eliecer Gaitán, el 9 de abril de 1948, afecta nuestro país.
Como la idea de estas líneas no es profundizar en este aspecto, sino más bien........

© Sol de Margarita


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