La temporada pasada fue muy dura para todo el valencianismo y en especial el 2023. Desde que enero arrancó el Valencia enganchó problema tras problema, partidos sin ganar, el adiós de Gattuso, el intento de Voro y la llegada de Baraja para salvar a la afición de un descenso que estuvo más cerca que nunca. Cada valencianista tiene su historia en esa 2022/23. Algunos dejaron de ir a Mestalla, otros fueron más que nunca.

Unos se mordían las uñas, otros se acababan paquetes de pipas y otros no podían ni mirar a la televisión desde casa cuando se juntaban las derrotas contra Atlético, Almería y Sevilla y el empate ante el Rayo en marzo y abril. Las señales parecían apuntar al desceno y en mi memoria aquella frase de mi amigo Javi. ‘Leiva tío, mi hijo no puede nacer con el Valencia en Segunda’. Parece una broma pero no lo es. Obviamente tiró de hipérbole y era una expresión más, pero si algo tiene claro es que él ha disfrutado de otro Valencia. De ese que ganó ligas, pisó finales de Champions y hasta ha ganado una Copa recientemente y ha llegado a otra final, ya con evidentes muestras de club venido a menos. En esa comparación, la realidad es que cada partido del Valencia era para él un vínculo más con su pequeño y con Ainhoa, su pareja.

Si algo tengo claro es que en esa casa se respirará valencianismo y que ese pequeño, cuyo nombre habréis podido intuir por el título aunque no va por Guillamón ni por Duro, va a ser del Valencia porque hay alguien que se lo estaba metiendo desde antes de que llegara a este mundo. También a su parejo, a la que antes de cada partido le pregunta quién cree que va a marcar el gol de la victoria. ¡Y ojo porque el día del Madrid le contestó un ‘hoy se gana 1-0 con gol de Diego’! Y así fue. Ese día el Valencia se acercó a una salvación que parecía imposible por momentos. Pero Diego y otros 'niños' se empeñaron en hacer posible lo imposible. Uno de ellos Javi Guerra.

Curiosamente, el Valencia-Valladolid lo viví en casa de Javi y Ainhoa. De los nervios, el enfado y hasta perder la fe al éxtasis final con el gol de un Javi Guerra que se empeñó en ser uno de los héroes de la quinta del Pipo. En dibujar un latigazo con la izquierda para cerrar tres puntos que cambiaron la historia de una temporada que hizo sufrir a muchos aficionados como Javi. A muchos ‘papás’ y ‘mamás’ que miran con tristeza en lo que se ha convertido un Valencia que hace no mucho estaba peleando por otras cosas y que ahora, siendo honestos, genera cierta calma hasta verlo en la novena plaza. En cualquier caso, la expresión el Valencia de los ‘niños’ nunca ha tenido tanto sentido como ahora. Porque en ellos, en los aficionados más pequeños y en los jugadores de la cantera está el futuro de la entidad. Ojalá Hugo, y no me estoy refiriendo a Duro, celebre muchos goles de su Valencia junto a su papá Javi y su mamá Ainhoa. El primero fue en Girona y aunque acabó con derrota, el primer Whatsapp con el 0-1 no nos lo quita nadie. ¡Hugo de mi vida!

QOSHE - ¡Hugo de mi vida! - Pablo Leiva
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

¡Hugo de mi vida!

10 2
05.12.2023

La temporada pasada fue muy dura para todo el valencianismo y en especial el 2023. Desde que enero arrancó el Valencia enganchó problema tras problema, partidos sin ganar, el adiós de Gattuso, el intento de Voro y la llegada de Baraja para salvar a la afición de un descenso que estuvo más cerca que nunca. Cada valencianista tiene su historia en esa 2022/23. Algunos dejaron de ir a Mestalla, otros fueron más que nunca.

Unos se mordían las uñas, otros se acababan paquetes de pipas y otros no podían ni mirar a la televisión desde casa cuando se juntaban las derrotas contra Atlético, Almería y Sevilla y el empate ante el Rayo en marzo y abril. Las señales parecían apuntar al desceno y en mi memoria aquella frase de mi amigo Javi.........

© Superdeporte


Get it on Google Play