X e Instagram: @AngelMonagas

Un liderazgo puede permanecer o morir…Será su decisión. El liderazgo de una nación debe ser el reflejo de la sociedad que aspira un pueblo, una nación.

Uno de los males de nuestra América y quizá de gran parte del mundo, es que los personalismos, egocentrismo y en general el mesianismo se ha apoderado de nuestras naciones. Lo peor es que los pueblos siguen siendo víctimas de él.

En apariencia las diferencias no recaen en el modelo económico que proponen o defienden, puede ser de tendencia izquierdista o liberal, es indiferente, sino en la manera en que ejercen el poder y desarrollan sus políticas.

El voto sigue siendo fundamentalmente emocional. Estados Unidos lo está viviendo. Venezuela tiene más de 75 años en él y pareciera que no hay punto final, sobre todo en los últimos 25 años.

Los dirigentes y líderes que están por debajo de la figura principal, practican algo peor que la «lealtad», que per se no es mala, y es la «adoración».

Todo lo que dice o hace el «líder» es una santa palabra. Los dogmas «hechos personas» que se disfrazan de demócratas, hasta que les tocan sus intereses.

Así llegamos a este proceso electoral del 2024. Bajo grandes incógnitas y muchos actos contradictorios a los principios que defienden.

De hecho, muchos identificados como oposición, al llegar al poder bien de Gobernador, Alcaldes, legisladores y concejales (omito presidencia pues no se ha dado el caso), al llegar al ejercicio del poder, cometen los mismos errores y en muchos casos peores, que los realizados por los chavistas-maduristas.

Hay analistas y observadores políticos, que señalan que el modelo presidencialista está agotado y debemos los venezolanos navegar hacía una democracia parlamentaria. Nada más inverosímil.

La falla radica en el hombre, en la persona sobre la cual se han puesto las esperanzas.

Usted puede ser cristiano y ser malo, y ser «musulmán» y ser bueno o viceversa. Hay gente buena en todos lados, incluidos los chavistas aunque sean la excepción. Esa generalización nos ha hecho mucho daño y está presente en el mundo entero.

Hoy un candidato presidencial culpa de todos los males de su nación a los «inmigrantes» y no hace distinción.

Las cifras de criminalidad nos dicen otra cosa. Las grandes mayorías según los sondeos de opinión, lo respaldan.

Esa doctrina política del siglo XVI llamada Maquiavelismo, lleva a los políticos a justificar cualquier acción para obtener el poder. La mentira es la norma que simplemente hay que saber vender. Al ganar lo que es una manera, una forma, un medio, se convierte en un fin.

Lo que pasa en El Salvador es un buen ejemplo. Para acabar con las pandillas, es válido violar derechos humanos porque ellos no los respetan, mal pueden exigirlos. Es la excusa general para justificar tales comportamientos. Es legítimo apoderarse del poder judicial, legislativo, etcétera porque ellos eran corruptos.

Mañana no nos quejemos cuando esos seres humanos, investidos de poderes «celestiales», nos vean como enemigos, simplemente porque pensamos distintos. Nos haremos sus objetivos, sus enemigos.

Cuando la oposición decidió participar en el proceso electoral del 2021, se hizo sobre la base de reconocer a Nicolás Maduro y su gobierno, además de aceptar las reglas del juego, con un CNE, un plan república y testigos rojos «rojitos».

Yo estuve en contra por la incoherencia que eso representaba, para quienes decidieron abstenerse en el 2018 y en el 2020. Al ir, convalidaban unas reglas que no eran las mejores pero era lo que había.

El Zulia, Cojedes, Nueva Esparta y Barinas, además de un grueso número de Alcaldías, legisladores y concejales. Aun perdiendo la mayoría se ganaban unos espacios, se lograba un posicionamiento. Esa fue la justificación. Hoy la coyuntura es peor.

Ciertamente tenemos un gobierno, ilegal o ilegítimo, como usted prefiera pero gobierno al fin, que no es precisamente un dechado de virtudes en materia de respeto a los derechos humanos.

Desde que se hicieron las primarias se sabía lo que iba a suceder.

La oposición representada por Vente y otros factores, se dedicaron a destruir por miles de razonamientos el Acuerdo de Barbados. Hoy se percatan que con todas las fallas y lagunas que tenía, era preferible a no tener nada o terminar imponiéndose otro más «adaptado» a los requerimientos del oficialismo.

El fulano informe de «Inteligencia», es redundante y reitera lo que muchos sabemos sin necesidad de utilizar «espías» o alta tecnología de infiltración, desde hace mucho.

Es duro afirmarlo y hasta provocativo para el verbo flojo y cómodo de muchos «exacerbados radicales» al acusar de «alacranes», a todos los que no pensamos igual.

En 25 años de este oprobioso período de chavistas, jamás ellos han retrocedido al tomar una decisión.

Ellos anuncian lo que van a hacer y lo hacen. Tardan pero no olvidan. El único que los controlaba era Chávez.

Hoy los «locos andan sueltos» y apoyados por unas Fuerzas Armadas que violando sus principios y sus deberes de ejercer como policía constitucional, prefieren ser el soporte fundamental de unas «autoridades» y compartir las ganancias del poder.

En este cuarto de siglo, nadie de la oposición se ha dedicado a fortalecer un puente, entre el sector militar institucional, que existe como «resistencia» y los factores de la oposición.

Brujo ni adivino soy. Lo que sí sé es que existe una exclusiva manera de garantizar su sagrado derecho a participar. Aunque esto, señores Perkins Rocha y Blanca Rosa no es problema jurídico sino político…

Anti Estratégico y mal planteado tácticamente esta disyuntiva.

La vocería política corresponde a la plataforma unitaria. Trabajar en lo contrario es un error dado las circunstancias.

María Corina es la vocera más importante y líder actual sin discusión, aunque eso no es una condición permanente. Deben ser las instituciones y no las personas.

No entiendo cómo se visita un estado, una región y no se reúne con el líder opositor allí que es gobernador. No digo que lo quiera o que le caiga bien, es que hasta por aparentar, por «política» debe hacerlo.

Al enemigo hay que tenerlo cerca.

Varias veces el pueblo ha sido decepcionado. No tenemos conocimiento de algún arma secreta por parte de María Corina.

Hay que preparar el terreno para vender una verdad que no se le ha dicho a un pueblo y que otra vez cree que en elecciones dizque «democráticas», se puede finalizar el chavismo.

¿Estamos a punto de presenciar la muerte de otro liderazgo? Ojalá no sea así.

Lo cierto es que el chavismo a lo interno está sumamente tenso pero no fraccionado. Ellos saben que deben ponerse de acuerdo, por la consecuencia de un triunfo distinto.

En la oposición siguen naciendo todos los días islas, bloques, enfrentados, todos contra todos. No hay tensión sino fricción y el chavismo lo sabe. De allí que su discurso sea el manipular con opciones distintas a María Corina Machado, hasta que ella decida.

Cubanos y Lula juegan al repliegue inteligente, en espera del resultado de las elecciones de Estados Unidos en noviembre…

No le regalemos a Maduro la reelección, por Gonzalo González

María Corina tiene la palabra en primer lugar. De su decisión dependen otras. Ya Caleca se atrevió a advertir y como él muchos…

Se me acabó el papel

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¿Sustitución, abstención o qué?, por Ángel Monagas

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15.03.2024

X e Instagram: @AngelMonagas

Un liderazgo puede permanecer o morir…Será su decisión. El liderazgo de una nación debe ser el reflejo de la sociedad que aspira un pueblo, una nación.

Uno de los males de nuestra América y quizá de gran parte del mundo, es que los personalismos, egocentrismo y en general el mesianismo se ha apoderado de nuestras naciones. Lo peor es que los pueblos siguen siendo víctimas de él.

En apariencia las diferencias no recaen en el modelo económico que proponen o defienden, puede ser de tendencia izquierdista o liberal, es indiferente, sino en la manera en que ejercen el poder y desarrollan sus políticas.

El voto sigue siendo fundamentalmente emocional. Estados Unidos lo está viviendo. Venezuela tiene más de 75 años en él y pareciera que no hay punto final, sobre todo en los últimos 25 años.

Los dirigentes y líderes que están por debajo de la figura principal, practican algo peor que la «lealtad», que per se no es mala, y es la «adoración».

Todo lo que dice o hace el «líder» es una santa palabra. Los dogmas «hechos personas» que se disfrazan de demócratas, hasta que les tocan sus intereses.

Así llegamos a este proceso electoral del 2024. Bajo grandes incógnitas y muchos actos contradictorios a los principios que defienden.

De hecho, muchos identificados como oposición, al llegar al poder bien de Gobernador, Alcaldes, legisladores y concejales (omito presidencia pues no se ha dado el caso), al llegar al ejercicio del poder, cometen los mismos errores y en muchos casos peores, que los realizados por los chavistas-maduristas.

Hay analistas y observadores políticos, que señalan que el modelo presidencialista está agotado y debemos los venezolanos navegar hacía una democracia parlamentaria. Nada más inverosímil.

La falla radica en el hombre, en la persona........

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