La Declaración Universal de Derechos Humanos se proclamó el 10 de diciembre de 1948 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, y desde entonces ese principio se enarbola como uno de los más importantes e inalienables, a la vez que es considerado un ideal común para todos los pueblos y naciones.

El Día de los Derechos Humanos se celebra cada año en esa fecha, y el documento histórico aprobado por la ONU subraya los derechos fundamentales civiles, culturales, económicos, políticos y sociales que nos unen como comunidad internacional bajo los mismos valores.

Sin embargo, esos principios básicos se contraponen al accionar de varios gobiernos en este mundo contemporáneo. Existen los que potencian guerras de destrucción, muerte de personas y fomentan la discriminación social, racial y por concepto de credo.

Lamentablemente, también en esta era de civilización hay administraciones que por mezquina sed de expansionismo y ambiciones de poder realizan acciones de genocidio que provocan asesinatos de seres humanos, un gran número de civiles muertos, entre estos miles de niños, mujeres y ancianos. Sucesos como esos acontecen hoy en el Oriente Medio, y el ejemplo más abominable de estos tiempos ha resultado ser la cruel invasión de Israel contra el pueblo palestino.

El mundo es testigo de la ignominia que representa la estrategia sionista basada en tierra arrasada que se ejecuta en la Franja de Gaza contra su población. Y ante esa infamia crece el repudio internacional a la barbarie protagonizada por Tel Aviv con la complicidad de algunos “aliados”, quienes oportunamente, no fueron capaces de frenar la locura y extremismo del señor Benjamin Netanyahu.

El pueblo cubano es también víctima sistemática del quebranto de los derechos humanos por parte del gobierno de Estados Unidos de América, y así lo acreditan las decenas de votaciones efectuadas por la comunidad internacional en Naciones Unidas que respaldan a Cuba en su posición contra el bloqueo.

La Casa Blanca mantiene recrudecido un criminal cerco económico, comercial y financiero sin precedentes contra la Isla, (aplica además leyes extraterritoriales y sanciones a terceros países) limita acceso a créditos, y a recursos elementales para la supervivencia de los ciudadanos, entre éstos; medicinas, alimentos, tecnologías para el Sistema Nacional de Salud y de Educación que en la nación caribeña, son públicos.

Igualmente EE.UU. viola principios morales y valores al invertir cuantiosas sumas de dinero a través de grupos fantoches y ONGs con fachadas de benefactor sin reconocimiento alguno en el país para subvertir el orden y la tranquilidad ciudadana, provocar violencia e intentos de derrocar la Revolución. Utiliza diversas maneras de vulnerar los derechos humanos de millones de personas que solo anhelan vivir en paz, apostar al desarrollo con independencia y relaciones de buena vecindad con otros pueblos.

Washington quebranta también principios básicos de convivencia y derechos humanos cuando de forma arbitraria, mal intencionada y con empleo de madejas de falacias y tergiversación de la realidad, incluye a Cuba, (la mayor víctima del terrorismo procedente de Norteamérica) en una lista espuria de países patrocinadores de ese flagelo. Ese es el más grande disparate y acto abominable que puede realizar el gobierno estadounidense, el cual penosamente resultó ser una calcomanía maltrecha de la política del exmandatario Donald Trump.

No obstante, a la inmoralidad que significa el asedio norteamericano, los cubanos no cejan en su empeño de defender cada vez más los derechos humanos de su pueblo, perfeccionan las estructuras políticas, económicas, judiciales y sociales, y aún en las limitaciones objetivas que impone el criminal bloqueo, salvaguardan conquistas que son también principios inalienables de las Naciones Unidas, como el derecho de todos por igual, sin distinción ni creencias, a servicios de Salud, Educación, Cultura, Deporte, Seguridad Social, también a la igualdad de género, el empleo, y otros logros que dignifican al ser humano.

Asimismo, la Mayor de las Antillas participa activamente en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU y está siempre presta a colaborar con ese organismo internacional.

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Los derechos humanos deben despojarse de politización y respetarse como ideal común para todos los pueblos

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16.12.2023

La Declaración Universal de Derechos Humanos se proclamó el 10 de diciembre de 1948 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, y desde entonces ese principio se enarbola como uno de los más importantes e inalienables, a la vez que es considerado un ideal común para todos los pueblos y naciones.

El Día de los Derechos Humanos se celebra cada año en esa fecha, y el documento histórico aprobado por la ONU subraya los derechos fundamentales civiles, culturales, económicos, políticos y sociales que nos unen como comunidad internacional bajo los mismos valores.

Sin embargo, esos principios básicos se contraponen al accionar de varios gobiernos en este mundo contemporáneo. Existen los que potencian guerras de destrucción, muerte de personas y fomentan la discriminación social, racial y por concepto de credo.

Lamentablemente, también en esta era de civilización hay administraciones que por mezquina sed de expansionismo y ambiciones de poder realizan acciones de genocidio que provocan asesinatos de seres humanos, un gran número de civiles muertos, entre........

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