El gobierno de Estados Unidos no ceja en su empeño histórico de intervenir en los asuntos internos de otras naciones y en particular, de Cuba.

La situación económica mundial no es nada halagüeña, se intensifica la crisis global y en el caso de la Isla ante el vil recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero, lo complejiza.

Los problemas de la Mayor de las Antillas se han agudizado por estos días ante la escasez de combustible y requerimientos técnicos y mantenimientos imprescindibles en termoeléctricas que tributan al Sistema Nacional Energético. Esas incidencias fuesen menores o quizá inexistentes, si la nación caribeña pudiese adquirir créditos y efectuar comercio corriente con las mismas posibilidades que otros países en el mercado externo.

Sin embargo, el asedio de Washington es tal que impide, no solo el acceso armónico a los combustibles, sino a los alimentos y medicinas las cuales son obstaculizadas por las transnacionales estadounidenses y la Casa Blanca que instrumenta leyes crueles contra el pueblos entero, como es la Helms-Burton que tiene una amplia cobertura extraterritorial y sanciona a quienes intenten negociar y mantener negocios con los cubanos.

Este díficil contexto socio-económico ha traído consigo largos apagones y carencia de alimentos que años antes estuvieron presentes sin dilación en la canasta básica, esa que es generalmente subsidiada, además de ofertas en otros establecimientos del comercio minorista que hoy brindan de forma equitativa a las familias, (aunque insuficientes), módulos con aseo y alimentos los cuales en buena parte dependen de la misma madeja de complicación de las importaciones por las restricciones imperiales que condicionan el mercado exterior.

A ello se suman legislaciones absurdas y muy dañinas impuestas a la Isla, como la incorporación a una espuria lista de “países patrocinadores del terrorismo”, algo tan demencial como la política de estrangulamiento económico de Washington contra La Habana. Pero esa decisión restringe aún más el intercambio comercial y las inversiones con Cuba.

Y en medio de esa ardua problemática y estrategia made in USA que busca desesperanza y agobio en la población, han existido en algunos puntos localizados del país, fundamentalmente en barrios del oriente, grupos de personas que se han pronunciado protestando ante las limitaciones que sufren en sus viviendas con el fluido eléctrico, horas de apagones que coinciden con afectaciones a los alimentos.

Y en cada caso recibieron la respuesta precisa de sus autoridades las cuales ofrecieron en detalle las causas que provocaron esas anomalías en la distribución y los servicios, cuestiones sobre las cuales se trabaja intensamente por su solución, en el menor tiempo posible, a pesar de no depender de la gestión gubernamental, sino de la férrea incidencia del asedio al país lo cual golpea también en el acceso a equipos y piezas de repuesto para la industria.

Lo que llama encarecidamente la atención es la oportunista campaña mediática de medios de comunicación y redes sociales fundamentalmente procedentes de la Florida que redimensionan, intencionadamente, la situación y manipulan desvergonzadamente los hechos con fines desestabilizadores y llamados a exacerbar la violencia, pero nunca hacen alusión al cerco a la pequeña nación caribeña.

Una y otra vez se pone de manifiesto el alto grado de injerencismo de EE.UU. y sus acólitos de la mafia cubano-americana miamense que aprovechan, como buitres acechando a las presas, las condiciones objetivas y de asedio que sufre la Isla para sustentar el desarrollo preservando sus conquistas sociales, algunas de las cuales no han logrado ni países del Primer Mundo como el propio Estados Unidos donde alcanzar una carrera universitaria equivale al endeudamiento colosal de estudiantes y sus familias, (si esta no posee alto nivel adquisitivo con buen desembolso financiero) por el alto costo de la Educación Superior y también del Sistema de Salud con tratamientos y cirugías requeridos.

Hay consciencia sobre todo lo que la Isla tiene que seguir mejorando y desarrollando, y por ello actualiza su modelo económico, amplía la participación activa de nuevos actores y formas de gestión económica. Pero lo que no deja duda alguna es el ensañamiento perenne e incrementado del gobierno estadounidense contra la Mayor de las Antillas, lo que no quiere decir que sea la posición de la inmensa mayoría de los ciudadanos norteamericanos que anhelan relaciones apropiadas y negocios bilaterales.

Mientras en la nación caribeña no se estimulan sentimientos de odios, ni separación de familias, y por el contrario se mantiene disposición al diálogo, -aún en las diferencias-, con respeto a la autodeterminación de ambos pueblos, desde el sur de EE.UU existen grupos extremistas, contrarrevolucionarios de accionar terrorista que hacen llamados a la violencia y enemistad entre los pueblos. Y algunas de esas organizaciones políticas o con manto de ONGs que allí operan con total impunidad tienen gran historial delictivo y de quebranto al derecho internacional.

Los asuntos de Cuba tienen que ser resueltos entre cubanos que viven, estudian, trabajan, y se sacrifican tributando al bienestar de los demás y apostando a un mundo mejor, alejado de desigualdades, drogadicción, terrorismo y la toxicidad que invaden las redes sociales desde el Norte.

Si tanto preocupa la actual situación económica de la nación caribeña a Washington y a los representantes de su embajada en La Habana que demanden ya, el fin inmediato del bloqueo que es el más extenso, masivo y cruel flagelo económico que país alguno haya conocido, entre los siglos XX y XXI.

Ver además:

Evitar flagelos que carcomen sociedades

QOSHE - Los problemas en Cuba se resuelven con su pueblo, no con injerencia ni manipulación de información extranjera - Aixa Alfonso
menu_open
Columnists Actual . Favourites . Archive
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close
Aa Aa Aa
- A +

Los problemas en Cuba se resuelven con su pueblo, no con injerencia ni manipulación de información extranjera

7 0
20.03.2024

El gobierno de Estados Unidos no ceja en su empeño histórico de intervenir en los asuntos internos de otras naciones y en particular, de Cuba.

La situación económica mundial no es nada halagüeña, se intensifica la crisis global y en el caso de la Isla ante el vil recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero, lo complejiza.

Los problemas de la Mayor de las Antillas se han agudizado por estos días ante la escasez de combustible y requerimientos técnicos y mantenimientos imprescindibles en termoeléctricas que tributan al Sistema Nacional Energético. Esas incidencias fuesen menores o quizá inexistentes, si la nación caribeña pudiese adquirir créditos y efectuar comercio corriente con las mismas posibilidades que otros países en el mercado externo.

Sin embargo, el asedio de Washington es tal que impide, no solo el acceso armónico a los combustibles, sino a los alimentos y medicinas las cuales son obstaculizadas por las transnacionales estadounidenses y la Casa Blanca que instrumenta leyes crueles contra el pueblos entero, como es la Helms-Burton que tiene una amplia cobertura extraterritorial y sanciona a quienes intenten negociar y mantener negocios con los cubanos.

Este díficil contexto socio-económico ha traído consigo largos apagones y carencia de alimentos que años antes estuvieron presentes sin dilación en la canasta básica, esa que es generalmente subsidiada, además de ofertas en otros........

© Tribuna de La Habana


Get it on Google Play