Muchos pensamos que sería imposible e inalcanzable adquirir las cinco libras de papas este año, pero sorpresa, desde las horas del mediodía de este apacible domingo, comenzó el rumor entre los vecinos: hay papas y muy organizada la cola, muchos incrédulos no quisimos creerlo, pero ya como el rumor se acentuaba decidimos probar y fuimos.
Al llegar a la Plaza de Ayestarán, que desde hace ya algún tiempo se encuentra bien abastecida y con un orden muy destacado, nunca se había visto en ese lugar tanta organización y buen despacho, encontramos una cola que bien parecía desordenada, pero cada cierto tiempo aparecía Mairelis una muchacha joven y dispuesta a repartir turnos para la mejor organización.
Al entrar vimos los mostradores bien surtidos y una estiba bien grande del producto. Al final se pasaba por otras dos muchachas, Juliet y Claudia, muy atentas y desenvueltas. Ellas anotan, cobran y dirigen a los vecinos hacia las tarimas donde se encuentran Michel,Tony, Nancy y el chiqui, muy cansados de la dura faena, pero a los que siempre se les escapa una sonrisa para los vecinos.
Todos quedamos complacidos y a la vez sorprendidos de tanta organización. ¿Es tan difícil que siempre sea así? No lo creo, solo con un poquito de ganas y esfuerzo se logran los objetivos, y el público lo agradece.