“Me gusta el oficio, de verdad (…)
Ténganme por uno de ustedes”.
Fidel, VII Congreso de la upec

Cuando ni siquiera imaginaba que llegaría a graduarme de periodista, disfrutaba de las cruces de espadas que tenían algunos de mis predecesores en las páginas de Juventud Rebelde, donde resultaban divertidísimos y casi antológicos los “duelos” indirectos entre Gabriel García Márquez y Enrique Núñez Rodríguez, sobre todo cuando este último se quejaba del “vecino de arriba, o el de abajo”, tal era la posición aleatoria de sus columnas, con independencia de la decisión del editor.

Por supuesto, aprendía sin establecer una preferencia condicionada en favor de alguno de estos espadachines de las letras, sino de la posibilidad de aprehender a establecer un diálogo importante en la información destinada al público a través de la exquisita página dominical destinada a la opinión.

Precisamente de estos encuentros obtuve una de las enseñanzas que me permitieron realizar mi oficio y desarrollar las habilidades y conocimientos del editor jefe, como una de las responsabilidades más difíciles (ahora) en medio de un escenario complejo, atizado por la confrontación de criterios que se posibilitan desde las nuevas tecnologías de la información (TIC) sobre la estrecha línea de subjetividad que marca el derrotero de opiniones encontradas acerca de un periodismo que corresponda a las exigencias de las nuevas tendencias de la comunicación.

Sin perder de vista aquellos vericuetos que conducen a una investigación periodística o seguimiento de un tema en cuestión; recuerdo, específicamente, aquella polémica periodística relacionada con la letra de un tema musical del lamentablemente fallecido maestro José Luis Cortés.

El Tosco respondió. Se presentó en la redacción de aquel periódico y, frente al columnista, sacó su flauta y le hizo escuchar.

Por dos o tres ocasiones interpretó fragmentos breves de piezas clásicas y en cada una le preguntó si reconocía el autor. Su “rival” negó rotundamente. Entonces, al comprobar que el crítico no conocía de música, solicitó publicar su opinión sobre el tema causante de la discordia y demostrar la validez de una
opinión profesional fundamentada en el conocimiento.

En la visita de Cortés a la tumba de Fidel, en Santa Ifigenia, expresó: “Es bueno recordar que aquí el arte era una carrera elitista y yo soy un negrito que nació en el “Cundao”, ahí lo que había era rumba, bembé; y llegar a tocar a Mozart, Beethoven y a todos los grandes clásicos del mundo, eso es gracias a la obra de Fidel que tuvo siempre la intención de crear artistas forjados por la más alta calidad artístico-estética”.

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Juliet

QOSHE - El camino de la verdad - Raúl San Miguel
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El camino de la verdad

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02.12.2023

“Me gusta el oficio, de verdad (…)
Ténganme por uno de ustedes”.
Fidel, VII Congreso de la upec

Cuando ni siquiera imaginaba que llegaría a graduarme de periodista, disfrutaba de las cruces de espadas que tenían algunos de mis predecesores en las páginas de Juventud Rebelde, donde resultaban divertidísimos y casi antológicos los “duelos” indirectos entre Gabriel García Márquez y Enrique Núñez Rodríguez, sobre todo cuando este último se quejaba del “vecino de arriba, o el de abajo”, tal era la posición aleatoria de sus columnas, con independencia de la decisión del editor.

Por supuesto, aprendía sin establecer una preferencia........

© Tribuna de La Habana


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