Si el general Santander ha sido el estadista más calumniado de nuestra historia nacional, el general Mosquera fue el estadista más perseguido, después de su deposición de la silla presidencial por la conspiración del 23 de mayo de 1867. Es que así paga el Diablo a quienes bien le sirven. No solo lo desterraron a Lima, sino que le quitaron los dos beneficios que le había concedido la Convención de Rionegro: el título de Gran General y una pensión mensual vitalicia por sus servicios a la patria, en especial en los pantanos de Cuaspud, contra los soldados ecuatorianos. Llegaron al colmo cuando intentaron quitarle la nacionalidad colombiana porque el gobierno peruano le hizo un préstamo mensual de 400 soles para que pudiera mantenerse con dignidad en Lima. Cuando se anunció la inminencia de su fallecimiento, a sus 74 años, el general Posada Gutiérrez se atrevió a decir en la cámara legislativa: “con tal de que se muera Mosquera: ¡aunque se salve!”.

Pero hay que salvar de esas ingratitudes a los bumangueses, cuyos electores cantonales votaron mayoritariamente por el general Mosquera en las elecciones presidenciales de 1844, y sus ciudadanos volvieron a hacerlo en las elecciones de 1856. En cambio, los goditos de Girón, Floridablanca y Piedecuesta votaron en 1856 por su rival, Mariano Ospina Rodríguez, quien se convirtió en presidente, y su sectarismo político condujo a los estados federales a la guerra de 1860-1861. Pamplona salvó su caudal electoral al entregarlo, casi totalmente, a Manuel Murillo Toro, quien se convertiría en el primer presidente del Estado federal de Santander.

Los cuatro estadistas que marcaron sus respectivas épocas con hierro candente —Francisco de Paula Santander, Tomás Cipriano de Mosquera, Rafael Núñez y Rafael Reyes— comparten la misma suerte diabólica: calumnias, persecuciones e ingratitudes. El Diablo anda suelto en este país, atento a devorar a los mejores servidores de la nación. Pero hay que salvar a los bumangueses, que siempre les fueron fieles agradecidos. Gracias a un amigo de infancia del último, el general Alejandro Peña Solano, transitamos sin dolor del federalismo al ordenamiento de 1886. Ojalá sus descendientes todavía lo recuerden con afecto.

QOSHE - Opinion Bumangueses mosqueristas - Armando Martínez
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Opinion Bumangueses mosqueristas

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11.01.2024

Si el general Santander ha sido el estadista más calumniado de nuestra historia nacional, el general Mosquera fue el estadista más perseguido, después de su deposición de la silla presidencial por la conspiración del 23 de mayo de 1867. Es que así paga el Diablo a quienes bien le sirven. No solo lo desterraron a Lima, sino que le quitaron los dos beneficios que le había concedido la Convención de Rionegro: el título de Gran General y una pensión mensual vitalicia por sus servicios a la patria, en especial en los pantanos de Cuaspud, contra los........

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