El pasado lunes 4 de marzo, el Congreso bicameral incorporó al texto del artículo 34 de la constitución de la República Francesa la siguiente proposición: “La ley determina las condiciones en que se ejerce la libertad garantizada a la mujer de recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo”. Fue el resultado final de un largo e intenso debate parlamentario, comenzado en 2017, en el que fueron abandonados los términos “derecho al aborto” y “libertad para abortar”, para dar paso al término que pudo conseguir una mayoría de las tres quintas partes de los congresistas: “libertad garantizada”. Fue un voto de hondo significado histórico, porque no se trata de una ley ordinaria, sino de una incorporación a la carta fundamental de los franceses. El Estado francés, simplemente, garantiza la libertad de las mujeres para administrar su propio cuerpo, hasta la semana 14 de una gestación.

El proyecto de incorporación de esta “libertad garantizada” provino de una decisión de los Estados Unidos: la revocación del fallo Roe versus Wade por la Corte Suprema. La protección federal al derecho al aborto fue revocada. Conscientes de que en el futuro algún gobierno podría revocar la libertad francesa para abortar, vigente desde 1974, las mujeres francesas se lanzaron a introducir el derecho en la constitución para blindarlo en el futuro. Al celebrar el resultado de la votación del pasado lunes, el primer ministro Gabriel Attal declaró: “Estamos enviando un mensaje a todas las mujeres: su cuerpo les pertenece y nadie puede decidir por ustedes”. La ceremonia de sellamiento de esta decisión se realizará mañana viernes 8 de marzo, precisamente el día conmemorativo del Día Internacional de la Mujer.

La constitución francesa de 1958 recoge en su artículo 34 las normas sobre derechos cívicos y garantías fundamentales concedidas a los ciudadanos para el ejercicio de sus libertades públicas, las de la nacionalidad y estados civiles, y las del recaudo fiscal. Ahora incorporó la garantía de una libertad singular de las mujeres. Un cambio histórico se ha producido en el mundo, ante el cual todas las demás naciones tendrán que verse a sí mismas para tomar sus propias decisiones.