Desde el cielo azul y brillante se ve Barichara cuando en avión, que pasa veloz, logra uno ver ese pueblo que llamaba la atención por sus casas de teja española, armónicas, de bellas paredes blancas, donde mi abuelo fue alcalde por ahí 1920, eso es lo que uno logra apreciar si lo mira desde el avión, piscinas.

Llama la atención que un pueblo que lleva dos días sin agua tenga tantas piscinas y casas con tanques de reserva subterráneos, más grandes que la casa misma y donde el dueño viene después de tres meses y bota el agua estancada para volverlo a llenarla pagando carrotanques. Algo pasa en el mundo para que la gente no entienda que del ahorro del agua depende el bienestar de todos.

Tristemente, el 70 % de los habitantes del sector rural de esa población carece de agua potable y, cuando toma, se exponen a epidemias como la de gastroenteritis, que ahora está azotando al pueblo. Barichara, ese pueblo que era un refugio para salvarse de la hecatombe moderna, es ahora imposible de caminar como se disfrutaba antes porque está lleno de motocarros (tienen que ganarse la vida, pero toca regularlos o prohibir el automóvil como en muchos pueblo del mundo donde se camina y se disfruta), es un lugar donde todos han hecho campaña y pocos han cumplido. Nada, “cero pollitos”. La gente y sobre todo los niños siguen sin agua de calidad.

Llegan avisos de la Empresa de Servicios Públicos S.A E.S.P., donde advierten a los “usuarios” que los “niveles del acueducto y la cantidad que llega a nuestras instalaciones está muy por debajo de poder abastecer a todos los usuarios”.

Ni para los carrotanques hay. ¡Vivan las piscinas y los jacuzzis! ¿Por qué no las prohíben? Y los grandes tanques de ciertas casas no utilizados, podrían servir para calmar la sed del pueblo (parece un pueblo de una película de Clint Esatwood en el oeste).

Al final piden “ahorrar agua”, pero no establecen políticas públicas que de una vez por todas den solución y la protección y cuidado de la quebrada La Laja, que surte la represa del Común.

Dejen de llevar a gobernadores como los que pasaron y a demasiados alcaldes que llegan con la promesa de una solución definitiva al agua. Tantos años y ni Belisario, al que le hicieron una escultura, ayudó de verdad. Alcalde, por favor haga algo.

Pero si en Barichara no hay agua, en Charalá, al contrario, hay mucha y bellos ríos como el Pienta y el Taquiza, que a pocos metros del parque se unen y forman el río Fonce. Con todo, el alcalde de Charalá quiere continuar acabando estos ríos, como lo han hecho sus predecesores, autorizando y ampliando al parecer varias concesiones a empresas para la explotación minera de mismos. Y además, autorizando la colocación de galpones a gran escala, desde 10 mil hasta 100 mil y más gallinas, en veredas como La Palma, Montefrio, Colacote, La Cantera y Nemizaque, etc.

Prácticamente son caminos de herradura, son corredores ambientales y turísticos del municipio conectados directamente con el Santuario de Fauna y Flora Guanentá Alto Río Fonce, amenazando la calidad del agua y la vida de la población. Muy a pesar de su abundancia, Charalá tuvo que bombear el agua del río Pienta para brindar el servicio a la población. El alcalde culpa a la CAS, como Pilatos.

Nota. La numerosa marcha de ayer en Bucaramanga, es una prueba de madurez del país político.

¿Y la Licorera de papel?

Por: Donaldo Ortiz Latorre - Docente universitario, médico.

QOSHE - El mito agotado - Donaldo Ortiz Latorre
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El mito agotado

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22.04.2024

Desde el cielo azul y brillante se ve Barichara cuando en avión, que pasa veloz, logra uno ver ese pueblo que llamaba la atención por sus casas de teja española, armónicas, de bellas paredes blancas, donde mi abuelo fue alcalde por ahí 1920, eso es lo que uno logra apreciar si lo mira desde el avión, piscinas.

Llama la atención que un pueblo que lleva dos días sin agua tenga tantas piscinas y casas con tanques de reserva subterráneos, más grandes que la casa misma y donde el dueño viene después de tres meses y bota el agua estancada para volverlo a llenarla pagando carrotanques. Algo pasa en el mundo para que la gente no entienda que del ahorro del agua depende el bienestar de todos.

Tristemente, el 70 % de los habitantes del sector rural de esa población carece de agua potable y, cuando toma, se exponen a epidemias como la de gastroenteritis, que ahora........

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