No soy historiador, no soy filósofo ni menos teólogo, soy un simple lector que se pregunta en esta Navidad que se avecina, con su ambiente fresco, alegre y familiar, sobre la historia de Cristo que nos convoca cada año desde hace dos milenios a nosotros los seres humanos.

Centenares de veces ha sido contado el nacimiento de Cristo, la primera Navidad, en todos los idiomas y en todas las épocas por escritores que pensaban diferente. Papini cita en su libro Historia de Cristo a Lucas, que cuenta que a Jesús se “le acostó en un pesebre”, en un verdadero establo lleno de miseria y suciedad. En otras palabras, en el espacio de los animales que ayudan al ser humano y trabajan para él. No tenía ese establo, desde luego, ni los pórticos ni los capiteles que los pintores han ambientado. Era un sitio humilde en el que nació ese niño que luego iba a ser crucificado sin cometer ningún delito y sin haber escrito si quiera nada. Sólo palabras en el lenguaje del amor y de la justicia, marcando la diferencia. Nacido entre olores de vaca y heno de los países pobres, sin nada de lujos.

Entre esas cuatro paredes rústicas, maloliente, recuerda Papini que nació, y afirma: “no nació Jesús en un establo por casualidad. “¿No es el mundo un inmenso establo donde los hombres engullen y destruyen? ¿No cambian, por infernal alquimia, las cosas más bellas, más puras, por suciedad? Luego se tumban sobre los montones de estiércol y llaman a eso gozar la vida?” Y Luego se pregunta “¿por qué llegaron los pastores a visitar al niño de la extranjera? Nadie, si es cierta la historia, explica estos gestos de solidaridad con la visita al establo. Y también lo visitaron unos magos venidos del oriente, estudiosos de las profecías, los reyes de Tarsis y Sabá. Según Papini los magos guiaban a los reyes que venían a ponerse a los pies de la pobreza.

Ese niño iba a acabar imponiendo su discurso de amor y de paz a nada más y nada menos que la mitad del mundo. Enseñará, aunque nadie lo tome en serio, que la pureza de espíritu es lo único “que preserva de la corrupción”.