En Colombia y en muchas partes del mundo, la política se ha convertido en una profesión peligrosa, cosa que aquí llevamos años intentando cambiar aunque parezca imposible. Ese imposible nos somete a cientos de guardaespaldas (el número de ellos pareciera dar importancia): Samper anda con 4 guardaespaldas, Uribe con 300, Santos anda en su mercedes y dos camionetas que cuidan sus pasos. Muchos senadores tienen guardaespaldas que les hacen mercado y llevan a la señora al salón de belleza donde pasan horas “garlando”, mientras el funcionario pagado con nuestros impuestos espera con infinita paciencia. Le manejan sus carros particulares porque el sueldo “no les alcanza” para pagar de su dinero un chofer. Senadores, representantes, gobernadores, alcaldes, militares activos tienen sus propios escoltas que usan para sus diligencias personales: mercados, llevar a las niñas al colegio, etc. Y cada vez se necesitan más guardaespaldas porque cada vez la sociedad está más descompuesta.

En promedio un escolta gana entre $2.5 millones hasta $3.5 millones, pero puede ascender de acuerdo a su experiencia.

“El salario de un escolta promedio en Colombia es de $19 millones al año. Se pensionan a los 62 años y, como los deportistas, tienen que ser jóvenes. Las camionetas gastan mensualmente $12 millones en combustible. Una moto cuesta alrededor de $2.5 millones.

Aquí, además, les pagamos el café a los congresistas. En Suecia, los parlamentarios no tienen asesores propios y se pagan el café de sus propio bolsillo. El cambio debe comenzar limitando esos salarios, esa prebendas, ese pago de los “gusticos” a los congresistas, altas cortes y demás sueldos altísimos en un país que ellos mismos han ayudado a destruir. Tuvimos hasta un Fiscal General que les tenía escolta a sus propios perros (150 escoltas), lleno de esa vanidad arribista como la tienen muchos incluyendo el presidente del Senado, que habla como un Cicerón, sin serlo.

Un senador “verde” que se gana un salario inmerecido, que no prepara los debates y es de aquí. Vergüenza. Pasa por cretino y manipulable, un tal JP...

Nota

Caminar por el Paseo España” es como caminar por Gaza o por Berlín después de la guerra. Ya es hora de sacar del sufrimiento a los habitantes del sector porque su calidad de vida se alteró y nadie les responde.

Por: Donaldo Ortiz Latorre