Nos interesa a todos el futuro de San Gil y nos interesa además, porque San Gil, merece respeto y merece espantar la corrupción (aunque en Colombia eso es un imposible), pero el municipio dio cuenta del hospital, lo destruyó, siendo útil desde la colonia, para comenzar una aventura sin sentido y con negocios desde 2017 cuando inició la construcción del nuevo hospital. Programado para entregarlo en el 2021. Estamos a un tiro del 2024 y no ha sido así, a pesar de acciones populares, de las investigaciones de la Procuraduría y de las quejas de la ciudadanía.

Hasta la fecha y eso es mucho, la renovación del nuevo hospital sigue en obra negra, ha avanzado en un 80 %. Con una inversión inicial de “$48 mil millones; $23 mil aportados por el Gobierno Nacional y $25 mil millones que serán provistos por el departamento mediante el Pacto Funcional Santander para la finalización de la segunda etapa”. Va a pedazos y con porcentajes de ejecución bajos, incluyendo la “falta de estudios y diseños que proyectaran su valor real”.

A pesar de los juramentos de cumplimiento, a pesar de “tener toda la voluntad política para poder dar el cierre financiero y terminar este proyecto en el menor tiempo posible”, dicen los secretarios de salud y de infraestructura y los políticos que viven sacando pecho inútilmente. “Va a ser un hospital con toda la tecnología”. Imitará al hospital Mount Sinaí de New York, pensamos , nada menos. 46 mil habitantes esperan ver cumplir su sueño que dura ya años. Promesas falsas, mientras realizan adiciones. Su entrega ha sido nuevamente aplazada. Inicialmente su entrega se había “proyectado para finales de 2021” Va con un retraso del “20 %”. Como mencioné hasta la Procuraduría, acude ante las “fallas del terreno” que paralizaron la obra en “noviembre de 2019”. Eran mejor los constructores de la colonia que cumplían sin tanta tecnología. Ese hospital soportó 300 años. Tampoco el nuevo va a ser una belleza arquitectónica y estética. Lástima. Unos se enriquecen y 46 mil habitantes soportan la burla sin decir nada. Sin hablar de la famosa variante que ha costado 173 mil millones de pesos y que inició el 2018 y debería ser entregada el enero de 2023. Pobre San Gil, burlado.