Colombia es el primer país del orbe en diversidad de aves, el tercer país en producción cafetera y, ahora, es el segundo país del planeta en explotación sexual juvenil con cámaras web. ¡Ya ocupamos los tres lugares en el podio!

Cerca de cien mil muchachos colombianos, de ambos sexos, están en el mercado sexual webcam. Las cámaras web o webcam, esas pequeñas cámaras digitales que conectadas a una computadora capturan imágenes y las transmiten por Internet a una página web o a otra computadora, son otro de nuestros recientes ‘dolores de cabeza’, pues por ese eficaz medio de comunicación se está llevando a cabo inmenso número de actos de prostitución juvenil femenina y masculina.

¿Qué deben hacer los “modelos sexuales webcam”? No necesitan formación específica, solo juventud, un físico atractivo, habilidades de comunicación, entender algo de inglés y a través de la cámara web charlar con su “cliente”, quien está en cualquier país del planeta, mostrar las partes del cuerpo que él quiera, obedecer a sus apetencias y gustos sexuales, normales o con “juguetes”, o de fetichismo de pies, o sadomasoquistas, o de parafilia, o de zoofilia, o de boyerismo, o tener relaciones sexuales en su presencia con personas del mismo sexo o heterosexuales, en las poses que él señale y las veces que la capacidad económica del ‘mister’ determine.

¿Y eso dónde se hace? En un cuarto, ya sea su habitación, o en un estudio, o en un hostal, o en un motel, apartamento, etc.

La cantidad de dinero que se mueve en ese mercado es gigantesca. En Colombia se estima que más de 70.000 muchachas y algunos miles menos de muchachos están en este mercado en el que hay universitarios, profesionales jóvenes sin empleo, o mal remunerados, lo mismo que personas con poca capacitación académica.

Ese comercio no está controlado, hasta una “universidad del sexo” trataron de crear y el Ministerio de Educación tuvo que impedirlo. La Corte Constitucional ya profirió una sentencia de tutela amparando los derechos laborales de una joven “webcam”.

La explotación económica en ese ‘canal empresarial’ la ‘manejan’ compañías constituidas conforme a la ley, inscritas en el registro mercantil, con estructura administrativa de avanzada, que le cobran al cliente en dólares y le pagan a sus “modelos cam” en pesos.

Y ante el mundo, las “modelos sexuales webcam” salen diariamente de la casa a la universidad o a trabajar, pero su real fuente de ingresos viene de la camarita, llevando a cabo cotidianamente actos inenarrables, vergonzosos…

¡Ya somos potencia mundial en comercio sexual webcam! ¡Las vainas que pasan por saltar del daguerrotipo a la cámara web!