Ante la magnitud de la fuerza ciudadana que acompañó la marcha del pasado 6 de marzo para protestar contra el pobre desempeño del gobierno y las reformas que éste impulsa en el Congreso, el presidente Petro quiso restarle importancia diciendo que quienes marcharon son las personas que buscan mantener sus privilegios. Llovieron las críticas de los opositores con muy válidos argumentos, pero también se escucharon otros puntos de vista de analistas políticos(*) que consideran que el presidente tiene la razón en su afirmación.

¿Cuáles son los privilegios que defienden esos ciudadanos inconformes? En primer lugar, el acceso a los servicios de salud que en Colombia ha logrado una gran cobertura y al que la mayoría de sus usuarios califica bien. Defienden también el privilegio de escoger libremente el prestador del servicio y no el que el gobierno le imponga. Defienden el privilegio de tener un ahorro pensional que es suyo, logrado con el esfuerzo de toda una vida, que debe ser bien manejado y protegido, no quieren que el gobierno eche mano de esos ahorros como ha pasado en otros países donde gobiernos socialistas se gastaron el dinero de las pensiones. Defienden también el privilegio de poder expresarse libremente, el privilegio de vivir en una democracia en la que exista la separación poderes del estado. El privilegio de que la propiedad privada sea respetada, el derecho a crear empresa, a crear riqueza sin ser estigmatizados.

En un país con altos índices de desempleo e informalidad es un privilegio tener un empleo formal que puede estar amenazado si se aprueba la reforma laboral que el gobierno propone y que según estudios de expertos causará la pérdida de cientos de miles de empleos.

Algunos simpatizantes del gobierno criticaron que la marcha tuvo una intención política. También tienen razón. Por supuesto que la motivación de la marcha es política, los ciudadanos que tienen derecho a elegir a sus gobernantes defienden su derecho a vivir en democracia y se preocupan porque el estado es cada vez más incapaz de defender la vida y honra de los colombianos, como lo evidencia el hecho de que más de 400 municipios del país están hoy controlados por bandas criminales.

Lo que el presidente Petro llama privilegios son en realidad derechos que las personas salieron a defender.

(*)Ricardo Galán, Blog Libreta de Apuntes.