Celebramos con especial devoción el cumpleaños propio, el de los seres amados, el de los amigos, también las efemérides. Es un culto por estar vivos o permanecer en el recuerdo y el respeto. El 2023 es pasado, se murió, e hicimos fiesta para saludar al 2024 del cual no sabemos nada. Al 2023 sí lo conocimos con sus picos, simas y valles, características de la vida. Me gusta la definición de vida como un instante entre la nada y la nada, y que de manera arbitraria hemos decidido contarla en horas, días, meses, siglos, años y eras.

Sería más sensato reflexionar sobre el año ido, recordar aciertos y logros, meditar sobre fracasos y pérdidas, y evaluar que tan cercanos estuvimos al orden natural. Debiéramos valorar el año ido como individuos, como familia, como sociedad y como humanidad. Seguro habrá más para corregir que para celebrar, por tal motivo es que en la fiesta de año nuevo brindamos por la ilusión, por el futuro incierto, por el optimismo, lo cual sería perfecto si no fuera porque la tendencia es a repetir y profundizar las equivocaciones.

No pretendo parodiar al Grinch de la navidad y convertirme en el del año nuevo, pero si creo que hacemos demasiado ruido innecesario, que desvirtuamos el encuentro con la familia y con amigos mediante excesos lumínicos, acústicos, etílicos, sicotrópicos y gastronómicos que luego pagamos con gastos de salud y costos financieros. Los humanos siempre hemos buscado ayudas para lograr la desinhibición suficiente que nos permita encontrar estados de ánimo que definimos como alegría, pero que transitan por una línea gris que en ocasiones se convierte en comedia o en tragedia. Valdría la pena dejar de considerarnos tan “inteligentes”. Jessica Serra nos revela que no somos el único animal que ríe, llora, ama o tiene sentido moral, por lo que, cuanto más entendemos las sociedades animales, mas nos damos cuenta de lo “animales” que somos.

Valdría la pena evitar la pólvora ruidosa y peligrosa que como a otras especies nos afecta tanto, pero, eso sí, reír, amar, llorar, comer y bailar como animales respetuosos de la naturaleza.

QOSHE - En búsqueda del animal - Jaime Calderón Herrera
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En búsqueda del animal

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04.01.2024

Celebramos con especial devoción el cumpleaños propio, el de los seres amados, el de los amigos, también las efemérides. Es un culto por estar vivos o permanecer en el recuerdo y el respeto. El 2023 es pasado, se murió, e hicimos fiesta para saludar al 2024 del cual no sabemos nada. Al 2023 sí lo conocimos con sus picos, simas y valles, características de la vida. Me gusta la definición de vida como un instante entre la nada y la nada, y que de manera arbitraria hemos decidido contarla en horas, días, meses, siglos, años y........

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