Avanza positivamente un importante debate en el congreso de la república por la reforma educativa. Desde el análisis de distintos expertos y educadores, la Educación pública básica y media en Colombia, con escasas excepciones, hoy NO es un espacio de encuentro e intercambio de experiencias y saberes, ni de socialización y construcción de conocimientos y valores donde se potencie la formación integral de sujetos sociales que se supone deben estar formados para la vida como seres humanos, democráticos, futuros ciudadanos. Es evidente la ausencia de socialización, encuentro, debate e interacción de la comunidad educativa con los otros actores del proceso y su entorno, a partir de la vida cotidiana.

La experiencia documentada de Julián De Zubiría Samper nos dice que la escuela actual no responde ni corresponde con el mundo actual, el mundo es flexible cambiante y diverso y la escuela sigue siendo rutinaria, inflexible, descontextualizada y estática. Jóvenes que vivirán el siglo 21, formados con maestros del siglo 20 pero con modelos pedagógicos y currículos del siglo 19.

Afirma en “El maestro y los desafíos a la educación en el siglo” que es necesario reconocer desde la mirada al modelo educativo tradicional, para afrontar una política de cambios educativos en Colombia. Las condiciones sociales económicas políticas y culturales exigen un cambio profundo en las finalidades de la educación. La escuela debe garantizar mayores niveles de pensamiento, afecto y acción; es decir humanizar al ser humano. No más trasmisión de conocimientos, sino formar individuos más inteligentes, a nivel cognitivo, comunicativo, social, afectivo, estético y práxico. Esto implica un cambio profundo en fines, enfoques y contenidos de la educación actual. Reivindicar áreas frente a asignaturas.

El modelo pedagógico de la escuela no está pensado a partir de un pensamiento crítico democrático que permita diseñar las preguntas por los cambios generacionales, culturales, tecnológicos y la incertidumbre del futuro y desarrollo deseado.

Nos preguntamos, ¿cuándo, ¿cómo y dónde se expresa la comunidad educativa de Santander y sus provincias sobre su pensamiento y propuestas a la reforma educativa para enriquecerla?