No me refiero a la costumbre convirtiéndose ya en hábito de saludar deseando “bendiciones”, lo cual culturalmente denota de quién se desea que dependa el futuro. Aludo a la muy respetable creencia judía de continuar esperando la llegada del Mesías, que para las otras dos religiones monoteístas más grandes en historia y en adeptos –el Islam y el Cristianismo- ya llegó hace unos 1400-2000 años. Pero no parece quedarles mucho tiempo para esperarlo desde 1948, cuando fue creado en tierra ajena el Estado de Israel, para asentar a un pueblo de filibusteros que continuaba, perseguido, vilipendiado y masacrado, viviendo en la diáspora; no es sino repasar la ejecutorias de los reyes católicos españoles, los de “tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando”; y el holocausto nazi durante la Segunda Guerra.

Episodios que les fueron ganando demostraciones de afecto y desagravio, hasta cuando asediados por vecinos y apoyados en la creencia bíblica de ser el “pueblo escogido” por paradoja similar al destino nazi de la raza aria, decidieron aplicar la venganza, explicable pero no justificada, mediando el desalojo violento, a sangre y fuego, de pueblos nativos en inferioridad de condiciones sociales y económicas, ampliando fronteras, cuando no sometiéndolos a vigilancia permanente: Gaza es considerada la cárcel más grande del mundo. La respuesta de Hamas tan terrorista como la del gobierno de ultra derecha de Israel, es igualmente explicable pero no justificable si confiamos ver algún día también la paz total en el Medio Oriente; pero ya son 34.000 muertos sin contar heridos ni pueblos, hospitales y centros educativos arrasados con tanto odio acumulado, que perece dar la razón a quienes opinan que la venganza forma parte de la cultura judía, más fuerte aún en la subcultura sionista.

¿Y la “comunidad internacional”, vaporosa e imprecisa, donde está? Jugando a la doble moral: tiraditas de oreja al Sr. Nethanyahu sin que le duela mucho, pero suministrándole armas porque negocios son negocios. Condenas frenteras al genocidio palestino como las de Colombia, Belice, Venezuela, Bolivia y Turquía pocas; la actitud de este país solicitando juicio en la CPI para el Primer Ministro, entre las más sonoras; y universidades norteamericanas, como antes en la guerra contra Vietnam, manifestándose. En Colombia? Vergonzoso que en la manifestación callejera reciente de la derecha, hubiese delegación aplaudiendo el exterminio palestino, ondeando banderas blanco, azul y la estrella de 6 picos; para no hablar de la condena al rompimiento de relaciones diplomáticas de Analdex y de los Sres. Pastrana, Uribe, Duque y Santos; dios –no sé cual- los cría y solitos se juntan, pretextando defender las exportaciones colombianas, que no serán afectadas por un TLC vigente; en el caso de Santander estas ascienden al “voluminoso” 0.033% del total exportado. ¡Joder!