… porque no llueve. No es de nuestra cultura el arraigo de la previsión, adelantarse al futuro, tal vez por desconocimiento de la realidad como es, lo cual suele confundirse con el deseo de verla como nos gustaría que fuera. La historia de la humanidad podría resumirse en la búsqueda de soluciones para este conflicto, desde las comunidades primitivas hasta hoy. Desentrañando la naturaleza, buscando explicaciones para ponerla al servicio de los seres humanos se acudió hasta a la creación de dioses, leyendas, mitos, cosmogonías y fantasmas de toda variedad y color, pretendiendo superar la posición desventajosa en que se hallaron los seres humanos, en un mundo desconocido que ni había creado ni pidió vivir en él; la angustia generada en la solución solitaria de este conflicto dio origen a dramas sociales dramáticos como las guerras pero también a inventos y elaboraciones filosóficas como el existencialismo cuya expresión última surgió en medio de la angustia a raíz de la hecatombe de la Segunda Guerra Mundial, advirtiendo que poco optimismo quedaba por defender para resolver el conflicto; estábamos derrotados; no más luchas heroicas, solo quedaba el goce, la trasgresión y el “prohibido prohibir”.

Vuelvo a perderme en discusiones que no deberían estar en columnas periodísticas de lectura rápida, pero docente soy y tengo la misión pedagógica de explicar reflexionando para no tragar entero. En el desarrollo de este conflicto surgió el pensamiento racional (científico) sin acudir a lo extra natural, con avances significativos en el manejo de la naturaleza. Sin embargo, observando algunos comportamientos sociales que perduran frente a fenómenos meteorológicos en Colombia, desde los eclipses y los vendavales hasta las sequías y los aguaceros, pareciera que todavía estuviésemos en la fase primitiva; aquí cuando llueve porque llueve y cuando no llueve porque no llueve, pero siempre nos sorprenden con los pantalones abajo. Las aguas, contaminadas en su mayoría por el “progreso”, se vuelven alertas solo cuando los embalses bajan al 20 % y las quebradas secas hasta la nostalgia lastimera; pero dejan de ser noticia con los primeros aguaceros; y a repetir el ciclo. Sin embargo, en una mirada hacia atrás están las respuestas consentidas: la deforestación salvaje, los cambios climáticos provocados por el manejo comercial de la naturaleza; pero lo más grave, dejamos las cosas como están hasta la próxima temporada para echarle la culpa a los que no la tienen: la pandemia, castigos divinos y por supuesto el gobierno de Petro, mientras el maltrato a la naturaleza continúa; no hay que ir hasta el Amazonas para comprobarlo; cerca, en la Mesa de Los Santos crecen los reemplazos del verde por el asfalto negro.

QOSHE - Y cuando no llueve… - Libardo León Guarín
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Y cuando no llueve…

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23.04.2024

… porque no llueve. No es de nuestra cultura el arraigo de la previsión, adelantarse al futuro, tal vez por desconocimiento de la realidad como es, lo cual suele confundirse con el deseo de verla como nos gustaría que fuera. La historia de la humanidad podría resumirse en la búsqueda de soluciones para este conflicto, desde las comunidades primitivas hasta hoy. Desentrañando la naturaleza, buscando explicaciones para ponerla al servicio de los seres humanos se acudió hasta a la creación de dioses, leyendas, mitos, cosmogonías y fantasmas de toda variedad y color, pretendiendo superar la posición desventajosa en que se hallaron los seres humanos, en un mundo desconocido que ni........

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